Recordar es vivir para todos los aficionados al Rey de los Deportes. En especial para todos aquellos que vivieron la nostálgica época de finales de 80s, los 90s y los 2000s hasta la actualidad. Dentro de esa gran camada de peloteros, destacan Derek Jeter y Larry Walker, dos nuevos inmortales en el recinto de los grandes peloteros en Cooperstown, Nueva York.
Pasaron casi 2 años de su elegibilidad (por obvios motivos de pandemia), pero el día llegó. A ellos se unieron el ex receptor Ted Simmons, primer director ejecutivo de la Asociación de Peloteros de Las Mayores, así como Marvin Miller.
Derek Jeter ingresará al Salón de la Fama
Jeter, es uno de los peloteros más populares y emblemáticos en portar el uniforme de los Yankees. Se le recuerdo como “Mr. November” (por aquella mítica Serie Mundial que perdieron ante Arizona en 2001, donde el Clásico se jugó hasta inicios de noviembre por primera ocasión en la historia). Durante una carrera de 20 temporadas, fue a 14 Juegos de Estrellas, ganó cinco campeonatos y recibió el mismo número de Guantes de Oro y Bates de Plata. Además, fue Novato del Año en 1996 y desde ahí el resto es historia.
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El aclamado “Capitán” se retiró en 2014 con 3,465 hits, récord de la franquicia y la sexta mayor cantidad de la historia de la gran carpa. También posee las marcas de Nueva York en juegos (2,747), turnos al bate (11,195), dobletes (544), robos de base (358) y pelotazos recibidos (170). Bien dicen que la valía de los peloteros se ve en los momentos de presión. Jeter bateó .308 con 20 jonrones, 18 robos, 111 carreras anotadas y 61 impulsadas en 158 juegos de playoffs. Su promedio de .321 en 156 turnos en siete viajes a la Serie Mundial lo demuestran. Así fue como ganó el premio del Jugador Más Valioso de en la Serie del Subway (NY Mets vs NY Yankees) del 2000.
Todos estos argumentos lo hicieron una selección casi unanimidad (recibió 396 de 397 votos) en su primera aparición en la boleta, donde fue acompañado por grandes luminarias del deporte como los basquetbolistas Michael Jordan y Patrick Ewing. Todo un “rockstar” en el sentido de la palabra, al haber tenido romances como Mariah Carey, Jordana Brewster, Britget Hall, Vanessa Lachey, Joy Enríquez, Rachel Uchitel, Tyra Banks y Vida Guerra, entre otras, lo que le ganó el apodo del “chico más codiciado de la Gran Manzana”.
Larry Walker ingresará al Salón de la Fama
Contraste con Walker, elegido por los escritores en su décima y última oportunidad, quizás por ser una personalidad un poco más introvertida y alejada de los grandes reflectores en los mercados importantes del beisbol en Estados Unidos. Este hecho para nada resta méritos a una carrera igual de exitosa como la antes mencionada.
El nacido en Maple Ridge, Canadá fue uno de los peloteros más completos de su época. Con 17 años entre los Expos de Montreal, Rockies de Colorado y Cardenales de San Luis, el jardinero bateó .313 con OBP de .400 y Slugging de .965, pegó 383 cuadrangulares y estafó 230 bases en cerca de dos mil partidos.
Fue nombrado Mejor Jugador la Liga Nacional en 1997 y obtuvo siete Guantes de Oro, tres Bates de Plata y tres títulos de bateo con cinco apariciones en Juegos de Estrellas. Es junto al lanzador Fergunson Jenkins los únicos canadienses con placas en Cooperstown, donde quedó patentado su amor por “Bob Esponja” al portar una playera con el personaje durante la exaltación.
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Cabe recordar que formó una dupla envidiable en Colorado conocida como los “Cañoneros de la Calle Blake” (Blake Street Bombers) junto a Dante Bichette, Ellis Burke, el venezolano Andrés Galarraga y nuestro paisano mexicano, Vinny Castilla. Hablando del ex tercera base oaxaqueño, Walker tuvo un breve paso con los Naranjeros de Hermosillo (equipo de Castilla durante los inviernos) de la Liga Mexicana del Pacífico en 1986, estancia que le ayudó a mejorar su bateo en contra del cambio de velocidad y los lanzamientos en movimiento.
Así la añoranza para quienes tuvimos la dicha de coleccionar las famosas estampas de aquellas grandes luminarias que nos hicieron vibrar de emoción al mero estilo de Jeter y Walker, dos grandes bateadores sin defectos ni reproches, en la llamada “era de los esteroides”, cada quién en su estilo.
