La muerte del Dr. Rubiel José E. no fue solo una pérdida humana, fue un grito de auxilio desde las entrañas del sistema de salud en México. Supuestamente se quitó la vida en el área de vestidores del quirófano del Hospital General de Subzona No. 7 del IMSS en La Piedad, Michoacán, ha dejado al gremio médico en shock, con una fuerte exigencia en redes sociales para que se investigue si su trágico final está relacionado con acoso institucional o presión laboral excesiva.
En respuesta, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que continuará recolectando pruebas y testimonios, mientras el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aseguró que colaborará en el proceso. Sin embargo, la sensación entre muchos profesionales es que estos casos se repiten y siguen invisibilizados.
Abraham Reyes conmocionó con su fallecimiento
A este escenario se suma el caso de Abraham Reyes, otro médico residente que presuntamente se suicidó en su casa el pasado 1 de junio, tras sufrir acoso laboral en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) 25 del IMSS en Nuevo León. A través de redes sociales, expuso haber sufrido hostigamiento laboral, sobrecarga de trabajo y amenazas por parte de superiores, lo que lo llevó al límite emocional. Su testimonio abrió una ventana a las condiciones que muchos médicos enfrentan dentro del IMSS: jornadas extenuantes, abuso de poder y escasa contención emocional.
Abraham Reyes de 27 años, obtuvo su título como Médico Cirujano y Partero en la Universidad Autónoma de Chihuahua en agosto de 2023. Su vida profesional apenas comenzaba, pues ya como especialista en cardiología llegó a Monterrey en marzo de este año para salvar vidas, sin embargo las presiones del entorno laboral lo habrían llevado al límite, según los testimonios de sus colegas.
Los datos confirman la crisis en los médicos
Según el estudio “Salud Mental y Suicidio del Médico en México”, publicado en 2021 en la Revista de Medicina Clínica, los médicos en México presentan tasas de depresión del 47.5% y de ansiedad hasta del 69.9% en algunos hospitales del IMSS. También destaca que el riesgo de suicidio en anestesiólogos y residentes es hasta dos veces mayor que en la población general, y que la salud mental de los médicos es una crisis silenciosa y minimizada.
El problema no es nuevo. En México, el número de suicidios en médicos ha sido reportado desde el siglo XIX. Sin embargo, la falta de protocolos efectivos y el estigma dentro del gremio han impedido una respuesta estructurada. Muchos médicos no piden ayuda por temor a perder su licencia, a ser estigmatizados o a recibir represalias laborales.
Estudiantes y residentes también están en la mira
La situación comienza desde la formación. Un análisis publicado en RIDE indica que la ideación suicida entre estudiantes y residentes de medicina en México puede llegar hasta el 13.78%, con intentos suicidas documentados en hasta 5% de los casos. Entre las causas están el exceso de trabajo, la competitividad tóxica, el insomnio crónico y el acoso sistemático por parte de superiores.
¿Qué debe cambiar?
La muerte de los médicos Abraham Reyes y Rubiel José no son hechos aislados, son parte de una misma narrativa: la salud del personal médico en México está colapsando y el sistema no tiene respuestas efectivas.
Algunas medidas urgentes que deben implementarse según los expertos incluyen:
- Protocolos psicológicos obligatorios en hospitales públicos.
- Unidades especializadas en salud mental para el personal médico.
- Líneas de ayuda confidenciales y con perspectiva de derechos humanos.
- Eliminación del estigma profesional por buscar atención psiquiátrica.
- Supervisión externa de denuncias por acoso institucional y violencia laboral.
Cuidar al que cuida: una deuda urgente
Médicos como Rubiel y Abraham nos muestran que la bata blanca no es una armadura impenetrable. También enfrentan miedo, dolor, agotamiento y desesperanza. Su salud emocional debe dejar de ser un tema incómodo y convertirse en prioridad de política pública. Porque si los médicos colapsan, colapsa todo el sistema de salud, que de por sí no está atravesando por un buen momento.
