Tamaulipas.- La llegada de agua salada a miles de viviendas en Tamaulipas ha hecho que la demanda de agua potable aumente drásticamente. Las purificadoras de agua ya comienzan a sufrir desabasto del vital líquido.
Algunos ciudadanos han tenido que caminar durante varias cuadras, incluso buscar en otras colonias de sus alrededores para poder surtir los botellones.
Sergio Gallegos, habitante afectado declaró que “viene aquí en la mañana cómo a las 6 de la mañana, que iba haber aquí pero ahorita ya se acabo ¿vas a esperar a que llegue? Si voy a esperar, voy a ir a ver qué hago que a las 2".
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Apenas eran las 10 de la mañana y en la purificadora Hildalgo ya se habían vendido casi los 200 botellones y por consecuencia se generó el desabasto por espacio de tres horas.
En algunos negocios han colocado los anuncios para advertir al usuario que de momento no hay agua. En otros lugares tienen que esperar hasta 4 horas para poner llevar líquido a sus casas.
Juan José Rocha, encargado de la purificadora Hilda aseguró que “estamos vendiendo hasta 100 botellones de 8 a 12 del día y realmente lo que es el insumo de la sal de lo que es la purificadora se nos acaba. Tenemos que regenerar otra vez para volver a llenar pero continuamente está llegando la gente”.
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Cómo media para garantizar el abasto los diferentes expendios han dispuesto vender solo 4 botellones por persona como máximo, además de que por los costos de producción se ha incrementado el precio del agua de dos a cinco pesos por botellón.
Por el momento la mayoría de los negocios registran largas filas ante el temor de que exista un marcado desbasto de agua potable.
¿Por qué llega agua salada a los hogares del sur de Tamaulipas?
Cada vez se acentúa más el sabor salado en el agua en algunos sectores de Tampico y Ciudad Madero, Tamaulipas.
Se debe a que millones de litros cúbicos de agua salada ingresan por esta zona que tiene improvisados diques elaborados con costales llenos de arena, lo cual contamina las lagunas bañadas por el río Tamesí, generando una mezcla de agua salobre que se distribuye entre la población.
Autoridades locales, federales y la iniciativa privada, ya coordinan esfuerzos para solucionar este problema.
Sin embargo, buena parte de la laguna del Chairel se encuentra salobre y esto lo seguirán resintiendo los habitantes de la zona.
