Aguas turquesas en peligro: Así se ve el sargazo que cubre las costas del Caribe mexicano

Las paradisíacas playas de Puerto Morelos y Playa del Carmen, reconocidas por sus aguas turquesas y arenas blancas en el estado de Quintana Roo, hoy presentan un panorama sombrío. El mar Caribe, que solía deslumbrar con su claridad, se ha transformado en una extensa mancha de tonalidad marrón debido a la llegada masiva de sargazo.

A lo largo de kilómetros de litoral, la presencia de esta macroalga marina es la característica dominante, eclipsando la belleza natural que atraía a turistas de todo el mundo. Los pronósticos indican que este año se superará cualquier registro anterior desde que se comenzaron a documentar las arribazones masivas de sargazo.

El último informe de la Universidad del Sur de Florida, basado en análisis de imágenes satelitales, estima una biomasa de casi 40 millones de toneladas en el Atlántico y el Caribe.

Esta cifra alarmante sugiere que la cantidad de sargazo que llegará a las costas mexicanas podría duplicar el volumen registrado en 2018, año que hasta ahora ostentaba el récord de esta problemática en el Caribe mexicano.

Las imágenes aéreas revelan la magnitud del fenómeno, mostrando extensos parches de algas que se acumulan y descomponen en las playas, generando graves consecuencias tanto para el ecosistema como para la economía local.

Los efectos del sargazo se extienden a diversos componentes del ecosistema costero, incluyendo el manglar, la duna, los arrecifes de coral y la laguna arrecifal. La descomposición de las algas libera lixiviados que deterioran la calidad del agua, contribuyendo a la coloración marrón del mar.

El sargazo es clasificado como una macroalga del género Sargassum, específicamente del tipo holopelágico, lo que significa que pasa la totalidad de su ciclo de vida flotando en el mar.

En mar abierto, estas algas forman vastas concentraciones flotantes de gran valor ecológico. En estas condiciones, el sargazo sirve como un hábitat crucial, ofreciendo zonas de desove, refugio y alimento para diversas especies marinas como tortugas, peces, camarones y cangrejos. Además, cumple funciones ambientales importantes al capturar carbono y generar oxígeno y nutrientes.

En 2018, por ejemplo, Puerto Morelos registró una acumulación de 47 mil metros cúbicos de sargazo por kilómetro de playa, una cifra que ilustra la magnitud del problema cuando llega a las costas.

Los visitantes manifiestan su descontento al encontrarse con playas y aguas de “aspecto desagradable”, acompañadas de malos olores, presencia de insectos y moscas. Los prestadores de servicios turísticos ya están reportando pérdidas económicas considerables debido a la disminución en la afluencia de turistas y a la mala experiencia que se llevan quienes sí deciden visitar la zona.

Los trabajadores del sector se muestran preocupados por la situación, ya que la falta de ingresos afecta directamente su sustento y el de sus familias. Turistas que habían planeado sus vacaciones para disfrutar de las playas caribeñas se ven sorprendidos por la magnitud del problema, impidiéndoles incluso ingresar al mar.

Donde antes se congregaban multitudes de turistas, hoy se acumulan toneladas de sargazo. Las labores de limpieza se realizan con herramientas básicas como trinches y carretillas, e incluso con maquinaria pesada como retroexcavadoras. Sin embargo, el esfuerzo resulta insuficiente, ya que durante la noche siguen llegando grandes cantidades de estas algas a las costas.

Se prevé que los meses de julio y agosto serán los más críticos para el Caribe mexicano en cuanto a la llegada de sargazo, lo que agudiza aún más la preocupación por el futuro de este importante destino turístico y la salud de su ecosistema marino.