En la Ciudad de México (CDMX) es común que se susciten microsismos, o pequeños movimientos telúricos de baja intensidad, los cuales pueden ser percibidos en áreas reducidas de la capital del país. Sin embargo, ¿por qué ocurren y qué daños provocan en la capital?
Los microsismos son pequeñas rupturas en el interior de la tierra, cercanas a la superficie, con cuatro o cinco kilómetros de profundidad, y esto no es un fenómeno extraño en el Valle de México, de acuerdo con Víctor Manuel Cruz, jefe del departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Actualmente, durante los primeros cinco meses del 2023, se han registrado 22 microsismos con epicentro en la Ciudad de México, el último fue un sismo en la Magdalena Contreras con una magnitud de 2.4 a tres kilómetros de profundidad, esto lo informó el Sismológico Nacional el miércoles 10 de mayo.
SISMO Magnitud 2.3 Loc. 3 km al NORESTE de LA MAGDALENA C, CDMX 10/05/23 22:20:17 Lat 19.36 Lon -99.20 Pf 1 km
— Sismologico Nacional (@SismologicoMX) May 11, 2023
¿Por qué ocurren los microsismos?
Los microsismos ocurren por movimiento de fallas geológicas locales que se presentan a lo largo de la Faja Volcánica Transmexicana, de acuerdo con expertos de diversas instituciones congregados por el gobierno capitalino.
Esta faja es una zona que concentra varios volcanes en los estados del centro de nuestro país, donde interactúan cinco placas tectónicas: de Rivera, del Pacífico, de Coco, del Caribe y de Norteamérica.
La faja es formada debido a la zona de subducción entre las placas de Rivera, de Cocos y la Norteamericana, explica el Museo del Instituto de Geología de la UNAM. Debido a esta interacción y el continuo movimiento de las placas, nuestro país es muy activo sísmicamente, según información del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
¿Qué magnitud debe tener un temblor para ser considerado como microsismos?
Un microsismo debe tener una magnitud menor a 3.8 y que sean percibidos en la zona próxima al epicentro, es decir, al punto en la tierra donde ocurre el movimiento telúrico.
Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, detalla que estos sismos de baja magnitud se deben a que las fallas en el suelo del Valle de México no tienen tanta longitud, en comparación con las fallas ubicadas en las costas del Océano Pacífico.
Estos movimientos difícilmente pueden provocar daños en las construcciones, sobre todo si cumplen con los reglamentos, de acuerdo con Enrique Cruz, profesor de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, región Ciudad de México.
