Un reciente estudio, publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, dio a conocer que un equipo internacional de astrónomos detectó en el espacio un objeto inusual en un rango nunca visto, conocido como “brecha de masa”, que podría ser pieza clave para la resolución de una de las incógnitas más grandes respecto a los agujeros negros.
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En la explicación de los científicos, las estrellas tienen cierto tiempo de vida y cuando éstas llegan a su final colapsan bajo su propia gravedad, dejando atrás agujeros negros. En efectos contrarios, las estrellas menos masivas explotan dejando una supernova y restos estelares, los cuales son llamados “estrellas de neutrones”.
Han sido varias décadas en las que los astrónomos han estado investigando y tratando de responderse la pregunta de si en esa “brecha de masa” existe alguna materia que medie entre la estrella de neutrones más pesada y el agujero negro más ligero que se conozca. Hasta el momento, la estrella más pesada no tiene más de 2,5 veces la masa de nuestro Sol y el agujero más ligero tiene aproximadamente 5 masas solares.
El pasado 14 de agosto del 2019 se descubrió un objeto celeste de 2,6 masas solares; este hallazgo lo confirmaron los investigadores del Observatorio de Ondas Gravitatorias LIGO y del Observatorio Europeo Virgo. Al fusionarse con un agujero negro de 23 masas solares, generó una salpicadura de ondas gravitatorias que fueron detectadas desde la Tierra.
Hemos estado esperando décadas para resolver este misterio. No sabemos si este objeto es la estrella de neutrones más pesada que se conozca o el agujero negro más ligero conocido, pero de cualquier manera se rompe un récord
Así lo señaló Vicky Kalogera, de la Universidad Northwestern en EE.UU.
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El coautor, Chase Kimball, explicó que, ya sea que el objeto corresponda a una estrella de neutrones pesada o a un agujero negro ligero, el descubrimiento es el primero en una nueva clase de fusiones binarias. Los científicos esperan que este no sea el único objeto con estas características en detectar.
