Los investigadores se han acercado un paso más a la identificación de objetivos para la degeneración cerebral que ocurre décadas antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, una pista muy solicitada que podría abrir la puerta al tratamiento temprano.
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Sara Fernández-Cabello, primera autora del artículo e investigadora postdoctoral en el Centro Noruego para la Investigación de los Trastornos Mentales, comentó que el Alzheimer no es una enfermedad simple. Actuar antes de que la enfermedad se desarrolle es el objetivo final del tratamiento.
Se publicó recientemente en la revista Brain, apoyado por BrainsCAN de Western, un estudio en el que se dice que el volumen del prosencéfalo basal predice de manera confiable la propagación cortical de la degeneración de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer no afecta el cerebro de manera uniforme, pero la degeneración cerebral ocurre en ciertas etapas y luego se desarrolla gradualmente antes de perder progresivamente otras regiones. La base de esta cascada neurodegenerativa puede ser la propagación de proteínas anormales en la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores examinaron el área subcortical llamada prosencéfalo basal, que incluye neuronas colinérgicas. Se sabe que estas neuronas están severamente dañadas por dicha enfermedad.
El estudio confirmó que la degradación del prosencéfalo basal puede predecir daños en otras áreas del cerebro, especialmente en la corteza olfatoria interna, una región del lóbulo temporal interno responsable de la memoria, la navegación y la percepción del tiempo.
Taylor Schmitz, profesora principal de la Facultad de Medicina y Odontología de Schulich, dijo que se sabe desde hace mucho tiempo que las neuronas colinérgicas están particularmente devastadas por la enfermedad de Alzheimer. Este estudio confirmó que la denervación colinérgica es una etapa temprana de éste que precede y predice la degeneración cortical.
Fernández-Cabello agregó que el sistema colinérgico basal del prosencéfalo es altamente sensible a la acumulación de proteínas deformadas causadas por la enfermedad progresiva.
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En este estudio, los autores utilizaron más de 835 muestras de la base de datos del Proyecto de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer (ADNI) para obtener el índice de materia gris del cerebro anterior basal y la corteza entorrinal. Luego midieron los cambios en la corteza olfatoria dentro de los dos años, para determinar si el volumen basal del prosencéfalo basal predijo cambios en la corteza entorrinal.
Estos hallazgos podrían ofrecer posibilidades para los proveedores de atención médica y pacientes en el futuro.
