María Antonia es la mujer más longeva de México. A mediados de febrero, su imagen se volvió viral en las redes sociales, pues fue una de las tres personas mayores de un siglo, vacunadas contra Covid-19.
Esta bisabuela es toda una sobreviviente. Cuando nació, un 13 de junio, día de San Antonio de Padua, nuestro país tenía solo 28 entidades federativas y una población de 13.6 millones de habitantes. Ahora somos 10 veces más.
Ha visto pasar a 29 presidentes de México, de Porfirio Díaz, hasta Andrés Manuel López Obrador. Y desde su nacimiento, 11 Papas han ocupado el trono de San Pedro en el Vaticano.
María Antonia fue registrada sin apellidos. Pero en su acta de nacimiento consta que nació en 1900, en la localidad de Amoxoyahuatl, en Platón Sánchez, un municipio enclavado en la Huasteca Alta de Veracruz, en los límites con Hidalgo y San Luis Potosí.
Vino al mundo el mismo año que personajes como la activista Antonieta Rivas Mercado, el cineasta Luis Buñuel, el psicoanalista Erich Fromm, el escritor Antoine de Saint-Exupéry, el líder sindical Fidel Velázquez, el ex presidente Miguel Alemán Valdés, el actor Joaquín Pardavé, e Isabel Bowes-Lyon, madre de la Reina Isabel II de Reino Unido.
Quedó huérfana desde muy pequeña, por lo que nunca aprendió a leer ni escribir. Pero recuerda un poco sobre los años de la Revolución Mexicana: “Teníamos miedo de quedarnos en la casa, los soldados se enfrentaban con otras personas, había balazos, tenían miedo”, narra en náhuatl, su lengua originaria.
Se casó cuando todavía era menor de edad; fruto de su matrimonio nacieron siete hijos, pero enviudó muy joven. Desde entonces trabajó duro para sacar adelante a su familia. Ahora le sobreviven tres hijos varones y tiene una descendencia de 44 nietos y 130 bisnietos.
María Antonia y parte de su descendencia
En sus doce décadas de vida, la humanidad ha experimentado dos guerras mundiales, dos visitas del cometa Halley, la llegada a la Luna, la invención de la radio, el televisor y el internet; el surgimiento y la disolución de la Unión Soviética; la Gran Depresión de 1929, la caída del Muro de Berlín, la desaparición de imperios y la creación de países; el ataque a las Torres Gemelas, el agujero de ozono, el cambio climático, terremotos, erupciones, huracanes... y epidemias.
María Antonia recuerda vagamente a sus padres: murieron cuando era muy pequeña a causa de una epidemia. Ella misma sobrevivió a la pandemia de la llamada “gripe española”, la más devastadora de la historia, que azotó al mundo entre de 1918 a 1920 y que mató a 40 millones de personas.
Ahora, en plena pandemia de Covid-19, ha sido una de las primeras mexicanas en recibir la vacuna experimental de AstraZeneca.
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Cuenta Gladys Leticia Sará, la promotora de Bienestar, que María Antonia no quiso que fueran a vacunarla a su casa, sino que pidió acudir a la sede, a la que llegó por su propio pie.
María Antonia no revela una fórmula para vivir muchos años, pero sí tiene un secreto para la felicidad: “No me enojo, todo el tiempo estoy contenta, todo el tiempo estoy bien; les hablo a todos, tengo a mis nietos y los atiendo con lo que tengo”.
Pero eso sí, afirma que disfrutará cada instante que le quede, y que vivirá “hasta que Dios quiera”.
(Con información de Lucero Rodríguez)
