En esta semana se dio a conocer, por parte del presidente Vladímir Putin, que Rusia ya había registrado la primera vacuna contra Covid-19; sin embargo la Casa Blanca se ha mostrado renuente, por lo que se niega a obtener la ayuda del país que elaboró la posible cura de la pandemia.
Ante el anuncio que dio el presidente de Rusia, funcionarios de este mismo país hablaron para medios internacionales y mencionaron que han ofrecido mantener una “cooperación sin precedentes” con la Operación Warp Speed (OWS), el organismo de la Casa Blanca que avala a los diferentes grupos de investigadores que están trabajando para encontrar una vacuna contra el coronavirus.
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Pero Estados Unidos no cuenta con la misma disposición que Rusia, según lo mencionaron los funcionarios, pues aseguró que la potencia norteamericana no está dispuesta a recibir los desarrollos médicos de origen ruso.
Incluso, uno de los funcionarios explicó que Estados Unidos ha manifestado una fuerte desconfianza a todo tipo de avance de Rusia, por lo que ninguno de éstos está siendo recibido.
Hay un sentido general de desconfianza hacia Rusia del lado estadounidense y creemos que las tecnologías ––incluidas las vacunas, las pruebas y los tratamientos–– no se están adoptando en Estados Unidos debido a esa desconfianza
Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, mencionó que el presidente Donald Trump fue informado sobre la vacuna de Rusia, pero el tema no se llevó a más.
En tanto, funcionarios estadounidenses también hablaron con medios internacionales para especificar que la vacuna de Rusia no ha tomado gran relevancia en su país, pues consideran que está mal fabricada.
No hay forma de que Estados Unidos pruebe esta vacuna (rusa) en monos, y mucho menos en personas
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