Un juez concedió la suspensión de la ejecución de Lisa Montgomery, la única mujere en el ‘corredor de la muerte’ de Estados Unidos. El argumento del magistrado fue el estado de salud mental de la convicta.
“El estado mental actual de la señora Montgomery está tan separado de la realidad que no puede comprender racionalmente el motivo del gobierno para ejecutarla”, declaró James Hanlon, juez responsable de la decisión.
“La suspensión de la ejecución se concede para permitir que el tribunal lleve a cabo una audiencia para determinar la capacidad de la señora Montgomery de ser ejecutada”, añadió el magistrado.
Montgomery, de 52 años, hubiese sido la primera reclusa federal en ser ejecutada en casi 70 años de haberse concretado la orden federal de este 12 de enero.
La decisión fue celebrada por la defensa de la acusada y activistas que están en contra de la pena de muerte, pues aseguran que por su estado de salud merece misericordia.
A Montgomery se le acusa por el asesinato de Bobbie Jo Stinnet, de 23 años, cuando tenía ocho meses de embarazo.
La versión oficial de los hechos es que en diciembre de 2004, Montgomery estranguló a Stinnett para después sacar al bebé de su útero y secuestrarlo. Stinnet murió desangrada.
Lisa Montgomery y Bobbie Jo Stinnett se conocieron en internet por su amor a los perros, pues coincidieron en un foro dela raza terrier, ahí, Montgomery le dijo a Stinnett que estaba embarazada.
Lisa condujo 280 kilómetros desde su casa en Kansas hasta el poblado de Skidmore, Missouri, para ver los cachorros de Skidmore.
En realidad, Stinnett esperaba a Darlene Fischer, nombre que Montgomery usaba desde que contactó a su víctima. Al llegar, Montgomery asfixió a su víctima con una cuerda y luego abrió su vientre para robar al bebé.
Investigadores descubrieron que Darlene Fischer nunca existió y localizaron a Montgomery gracias a su correo electrónico y dirección IP. Cuando los oficiales llegaron a su casa, Montgomery cuidaba de una niña recién nacida, según ella, había dado a luz un día antes. Investigadores cuestionaron su historia y confesó el asesinato.
Desde 2008 permanece detenida en una prisión federal para reclusas con necesidades médicas y psicológicas especiales en Texas. También cuenta con vigilancia para prevenir un suicidio.
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Montgomery sufrió abuso físico y sexual de parte de la madre y las parejas de esta, por lo que se ha concluido que su estado de salud mental es resultado de la dura niñez que vivió.
Los abogados de Montgomery han argumentado en repetidas ocasiones que dado su estado de salud, nunca debió recibir la pena de muerte y están convencidos de que en el momento en que cometió el crimen estaba en estado psicótico, alejado de toda realidad.
Por el caso han pasado 41 fiscales y diferentes representantes de derechos humanos. Montgomery ha tenido más de 450 audiencias con familiares, amigos, médicos y trabajadores sociales. Todos han concluido que la disfunción familiar, abuso, negligencia, drogas y enfermedades mentales no fueron tratadas como se debía.
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