Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca, admitió que la decisión de eliminar a toda la población de visones del país, tras descubrir una cepa mutada de Covid-19 en los animales, no tenía base legal.
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Hace una semana, la ministra emitió la orden para que los mamíferos fueran sacrificados, por la mutación de coronavirus que podía elevar la transmisión de la pandemia, pues la nueva cepa rastreada en las granjas peleteras habría infectado a más de 200 personas.
Así que con el fin de impedir la propagación del virus en los humanos, el gobierno de Dinamarca ordenó el sacrificio de entre 15 y 17 millones de visones. Sin embargo, Frederiksen aclaró recientemente que la medida carecía de fundamento legal.
“Incluso si tuviéramos prisa, debería haber sido completamente claro para nosotros que se requería una nueva legislación, y no fue así. Pido disculpas por eso”, comentó la mandataria ante el Parlamento durante esta jornada.
La ministra insistió en que no sabía que el sacrificio masivo sería ilegal, y que el tema se precisó el fin de semana.
La ley danesa detalla que la enfermedad debe encontrarse en los animales, o deben encontrarse en un área infectada, antes de que las autoridades puedan ordenar un sacrificio generalizado.
Mientras tanto, Mogens Jensen, ministro de Alimentos del país europeo, dijo lo siguiente:
“Cometimos un error. No existe fundamento jurídico para pedir a los criaderos de visones que sacrifiquen a sus animales fuera de las zonas” donde se detectaron mamíferos contagiados.
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Pero instó a los criadores a seguir con el sacrificio para contribuir y “ayudar a la salud pública de la mejor manera posible”.
Por ahora, 2,5 millones de visones han muerto, según datos oficiales, aunque un portavoz de la Policía danesa afirmó que es probable que la cifra sea mayor.
