Un grupo de científicos reveló un secreto increíble que ocultaba una misteriosa momia egipcia, de la que se creía que eran los restos de un niño por su tamaño. Sin embargo, después de realizar una serie de pruebas en este objeto de 2500 años de antigüedad, los expertos se sorprendieron al descubrir que no es un ser humano real.
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El medio Clarín dijo que la momia fue colocada en el Museo Marítimo Nacional de Haifa, y transferida a un hospital iraní para una tomografía computarizada y así finalmente descifrar si se trataba de un cuerpo joven.
Hace unas semanas, ya se había analizado junto con una momia de pájaro, y el ave fue identificada como un águila. En el primer análisis, los investigadores obtuvieron “resultados inciertos” sobre la momia del pequeño, por lo que tuvieron que recurrir al segundo estudio en busca de determinar si era humana.
De hecho, hay un halcón momificado en los otros sarcófagos, que es un animal estrechamente relacionado con Horus, el Dios de la familia real y el cielo.
Después de llevar a cabo la segunda ronda de pruebas en las momias, los científicos se sorprendieron al descubrir que las llamadas encarnaciones de momias no eran humanos, sino que en realidad eran “esculturas” que representaban el suelo y los granos de Osiris, el señor del inframundo y el Dios de la muerte en el antiguo Egipto.
Ron Hillel, del Museo de Haifa, afirmó que se les conoce como “momias de grano” o “momias de trigo”, ya que contienen barro y granos, con una forma de momia.
Aunque no corresponde a los restos de un menor, la momia de un metro es tan vieja como se creía anteriormente, porque pertenece a la primera mitad del primer milenio antes de nuestro tiempo.
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Hasta ahora, el descubrimiento del sitio arqueológico sigue siendo un misterio hasta antes de su llegada al museo. Una de las posibles respuestas indica que estas momias fueron enterradas en las tumbas de los faraones como una ofrenda.
