La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo sus perspectivas de crecimiento para México y estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) caerá 10.2 por ciento, dejando atrás el retroceso de 7.5 por ciento estimado en junio pasado, mientras que su proyección para 2021 permanece en un crecimiento de 3.0 por ciento.
El organismo internacional ha realizado su previsión asumiendo que continuarán los brotes locales de COVID-19 y que una vacuna no estará ampliamente disponible hasta finales de 2021.
Señaló que el impacto de la pandemia de coronavirus sobre la economía provocará, este año, una caída de la actividad del 4.5 por ciento, una proyección que revisa al alza los cálculos anteriores de la OCDE y no oculta que la recuperación será lenta y habrá mucha incertidumbre.
Así, en su informe de perspectivas intermedias, que repasa las proyecciones de junio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico mejora en 1.5 puntos porcentuales su estimación inicial, aunque adelata que el PIB mundial crecerá en 2021 un 5 por ciento, dos décimas menos que hace tres meses.
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The #COVID19 pandemic keeps threatening lives, jobs & businesses. Governments must continue to provide fiscal, financial & social policy support to build confidence, recover faster & shape green-inclusive economies. @OECD Interim #EconomicOutlook⤵️ https://t.co/pgcJo59HhB
— Angel Gurría (@A_Gurria) September 16, 2020
De acuerdo con la revisión de las Perspectivas Económicas, China es el único país del Grupo de los Veinte (G20) en el que se prevé que el PIB aumente, debido a que el nuevo coronavirus llegó a ese país antes que a otros, al rápido control del virus y el apoyo político proporcionado para permitir un rápido repunte de la actividad económica.
En tanto, se prevé que las disminuciones del PIB en 2020 sean más profundas de lo previsto anteriormente en Argentina, India, México y Sudáfrica; lo que refleja la propagación prolongada del virus, los altos niveles de pobreza e informalidad y medidas de confinamiento más estrictas durante un periodo prolongado.
Para la OCDE, el panorama está sujeto a una incertidumbre considerable y las proyecciones dependen de los supuestos sobre la propagación del coronavirus, así como del desarrollo de las políticas; pero las estimaciones asumen que hasta finales de 2021 no habrá una vacuna ampliamente disponible y continuarán los brotes locales esporádicos.
Indicó que si la amenaza del COVID-19 se desvanece más rápido de lo esperado, una mayor confianza puede impulsar la actividad global de manera significativa en 2021; no obstante, un resurgimiento más fuerte del virus, o medidas de contención más estrictas, pueden reducir 2 o 3 puntos porcentuales del crecimiento global en 2021, con un mayor desempleo y un periodo prolongado de inversión débil.
Perspectivas economicas de #OCDE para 2020
— Anthony Gooch Gálvez (@pitres) September 16, 2020
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