Los huracanes , esos gigantescos remolinos de viento y lluvia que azotan las costas, no solo son fenómenos meteorológicos extremos, sino que también tienen una peculiar tradición: llevar nombres de personas.
¿Cómo se asignan los nombres a los huracanes?
La tarea de asignar nombres a los huracanes recae en la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Esta organización mantiene una lista preestablecida de nombres que se rotan cada seis años. La lista incluye nombres tanto femeninos como masculinos, y se utilizan en orden alfabético.
El uso de nombres para identificar huracanes tiene varios propósitos:
- Facilita la comunicación: Al asignar un nombre, se vuelve más sencillo para meteorólogos y medios de comunicación referirse al huracán de manera clara y precisa.
- Crea conciencia: Los nombres ayudan a recordar la importancia de estar preparados para los huracanes. Al darles nombres de personas, se les otorga personalidad y se facilita la identificación con ellos, lo que puede impulsar la toma de medidas de precaución por parte de la población.
- Mejora la organización: Los nombres permiten una mejor organización y seguimiento de los huracanes, especialmente cuando hay varios activos al mismo tiempo
¿Por qué algunos nombres eran de mujer?
Si bien la lista actual de la OMM incluye nombres tanto masculinos como femeninos, no siempre fue así. En sus inicios, la mayoría de los huracanes llevaban nombres de mujer.
Esta práctica se remonta al siglo XIX, cuando el meteorólogo australiano Clement Wragge comenzó a utilizar nombres femeninos para referirse a los ciclones. La razón exacta no está del todo clara, pero se especula que podría deberse a que era una forma de humanizarlos y hacerlos más memorables.
A partir de 1953, la práctica se consolidó en Estados Unidos, donde los meteorólogos comenzaron a bautizar los huracanes con nombres femeninos de forma oficial. Algunos de los huracanes más destructivos de la época, como Audrey (1957), Donna (1960) o Flora (1963), llevaban nombres de mujer.
Se cree que esta decisión se basó en la tradición marítima de referirse a las tormentas con nombres femeninos o en la idea de que las mujeres eran más impredecibles y peligrosas que los hombres.
Protestas por uso exclusivo de nombres de mujer para huracanes; el comienzo del cambio
A finales de la década de 1970, surgieron voces críticas que cuestionaban la práctica de usar solo nombres femeninos para los huracanes. Se argumentaba que esto reforzaba estereotipos de género y era injusto para las mujeres.
En respuesta a estas críticas, en 1978, la OMM y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos decidieron alternar nombres femeninos con masculinos para la designación de huracanes en el Pacífico Norte Oriental . Un año después, esta medida se extendió a todas las regiones del mundo.
La figura de Rocxy Bolton, fundadora de la Organización Nacional de la Mujer de Florida (NOW), fue clave en este cambio. Bolton lideró las protestas contra el uso exclusivo de nombres femeninos para los huracanes, argumentando que era una forma de sexismo. En la actualidad, la lista de nombres de huracanes de la OMM refleja una mayor diversidad e igualdad, incluyendo nombres de diferentes culturas y lenguas.
¿Qué son los huracanes?
Un huracán es un ciclón tropical que se origina sobre aguas cálidas del océano, generalmente entre los 8 y 20 grados de latitud norte o sur. Se caracteriza por sus fuertes vientos, que pueden superar los 119 kilómetros por hora, y sus intensas lluvias, capaces de generar inundaciones y desastres.
Los nombres de los huracanes no solo son un elemento curioso, sino que también reflejan la evolución de la sociedad y la lucha por la igualdad.
