Artesanos de juguetes tradicionales mexicanos aseguran que en la Ciudad de México (CDMX), donde elaboran desde muñecas, caballitos, ruedas de la fortuna, marionetas y otros más, apenas sobreviven tres talleres.
Uno de ellos se llama “La casa de los mil colores”, en donde se elaboran juguetes tradicionales y otros que la imaginación les permita.
Lo que nosotros hacemos, desde que se piensa, sabemos que es totalmente efímero porque es para jugar, entonces cualquier cosa que le des a un niño para jugar, lo va a descomponer, pero las horas más felices de su vida las pasó jugando con eso.
Al respecto, uno de los artesanos que labora en uno de los tres talleres de juguetes tradicionales de la CDMX explicó cómo nació su amor por este oficio.
“Lo que nosotros hacemos, desde que se piensa, sabemos que es totalmente efímero porque es para jugar, entonces cualquier cosa que le des a un niño para jugar, lo va a descomponer, pero las horas más felices de su vida las pasó jugando con eso”, explicó Álvaro Santillán, juguetero conocido como “Gepetto”.
¿Cuáles son los juguetes tradicionales?
Se conocen como juguetes tradicionales aquellos que no necesitan de tecnología y los artesanos son responsables de su elaboración. Algunos de este tipo de juguetes son el trompo, el yoyo, las canicas, los luchadores o la lotería.
A pesar de los avances tecnológicos, los juguetes tradicionales continúan vigentes, aseguran los artesanos de “La casa de los mil colores”, aunque reconocieron que son los jugueteros quienes están en peligro de extinción.
“El taller tiene aproximadamente 32 años y hemos sobrevivido. Mucha gente pregunta si esto se vende: claro que se vende, el problema es que no hay quien lo haga, en el Distrito Federal que yo conozca, quedamos máximo tres talleres de juguetes”, aseguró Álvaro Santillán.
Pero estos talleres de juguetes tradicionales se resisten a extinguirse y están abiertos a difundir sus saberes a quien desee crear estos objetos.
“Yo no sabía mucho del juguete hasta que llegué aquí y pues con el tiempo, armando, diseñando, pues se va uno enamorando del oficio”, comentó Vanessa Cruz, quien es aprendiz en este taller.
“Somos pocos los que nos atrevemos porque sí es algo muy complicado, en lo personal a veces también es muy pesado o nos cuesta un poquito de trabajo y por eso creo que son escasas las personas que se quieren dedicar a esto”, comentó Mauricio Martínez, quien también es aprendiz.
Taller de juguetes tradicionales en CDMX
