El pasado 25 de septiembre se llevó a cabo en el Zócalo de la Ciudad de México (CDMX) uno de los eventos más sonados en los últimos años. Se trata del concierto de Grupo Firme, conjunto de música regional mexicana, que con ocho años de existencia, logró juntar a 280 mil personas en la plancha, número que ni el consagrado Vicente Fernández, con medio siglo de trayectoria, reunió en 2015.
La hazaña lograda hace unos días, es solo muestra del éxito arrasador que este grupo tijuanense ha alcanzado: 18 premios entre los que figura un Grammy Latino, una estrella en el Paseo de la Fama de Las Vegas, portadas en revistas como Billboard, y millones de seguidores en redes sociales, son muestra innegable de su popularidad.
Habrá quienes digan que es golpe de suerte, otros, que solo es resultado de su talento y buenas estrategias de marketing, y algunos que afirmen que, junto a otros artistas, son muestra de la decadencia musical y cultural que hay en la actualidad.
Grupo Firme ha estado en boca y dedos de muchas personas
Y es que cuando un producto se vuelve tan mediático, se expone a los elogios y a las críticas. Así, desde el pasado 18 de septiembre, luego de que Claudia Sheinbaum anunciara el evento, el nombre del grupo liderado por Eduin Caz ha estado en boca y dedos -por eso de Twitter y otras redes- de mucha gente que reconoce la buena obra del gobierno capitalino, pero otra que también la cuestiona.
Así mismo, la gente se le ha ido encima a los seguidores de la agrupación con toda clase de comentarios clasistas y racistas. Que por si el tipo de música que escuchan, que porque acamparon días antes para el concierto, que por su forma de vestir o hablar. Encasillan a un grupo de personas solo por ser seguidores de una banda popular, como si un gusto, de los cientos que tenemos, nos definiera por completo como personas.
Pero díganme…
¿De qué sirve escuchar a Chopin si tu reproductor de música funciona con la luz del poste del que estás colgado?
¿De qué sirve tener gustos underground y conocer a los artistas antes de que sean famosos, si cuando te detienen por pasarte el alto quieres darles “mordida” a los policías?
O demos un paso más: ¿Cuántos políticos ladrones son aceptados y apapachados en sociedad solo porque tienen “buen gusto” en automóviles, moda, mujeres o vinos?
El problema no es el género o un grupo, el problema es ese sentido de superioridad que nos da por tener frente a lo popular, frente a lo comercial. Recuerden, un gusto musical no define todo lo que somos. Lo que nos define es nuestro carácter y nuestras acciones en lo público y lo privado.
Así que ya lo saben: la descalificación o la crítica de los otros no debe amedrentarnos para escuchar o ver lo que queramos, claro, siempre y cuando, no afecte a los demás.
Pero cuéntenme, ¿qué piensan acerca del polémico show de Grupo Firme?
