Dolores está desesperada por un dolor que siente cada que su esposo quiere tener relaciones con ella, y él está aferrado a no querer que la vea nadie, y primero quier consultarlo con su ministro , pues pertencen a una congregación.
Él le recomienda ir con una especialista específica, y ella va muy emocionada, pues por fin puede tratar ese tema con alguien profesional; sin embargo, cuando llega con ella, resulta ser una mujer igualmente de la congregación, pero sólo con estudios básicos y diplomados, por lo que no la ayuda como ella quisiera.