Por Regina Barbero
Hablar con un adolescente puede ser difícil sobre todo si nuestros acercamientos con él han sido para regañar, llamar la atención, exigir o pedir que cambie algo.
Sin duda alguna hablar de drogas, es difícil también.
Si quieres tener una conversación cálida y abierta acerca de temas que consideras complicados, te dejo aquí algunos tips.
Tu hijo no estará receptivo si:
- Se siente amenazado por tu autoridad,
- Si se siente ofendido, o criticado,
- Si estás ansioso, enojado o temeroso,
- Recibe sermones,
- La conversación se vuelve un monólogo donde solo hables y hables,
- Tu lenguaje corporal es de regaño: evita cruzar brazos y piernas, utilizar el dedo para sermonear.
Necesitas ser paciente y compasivo, para algunos papás esto requiere mucha práctica.
¿Qué sí funciona?
- Mente abierta, sin juicios,
- Actitud compasiva y comprensiva,
- Ponte en sus zapatos, ¿Cómo te hubiera gustado que platicaran contigo?
- ¿Qué quisieras lograr?
- Respira profundamente, relájate y no te enganches,
- Ser optimista, estar atento,
- Tener una curiosidad genuina,
- Ser respetuoso y comprensivo,
- Hacer la conversación algo espontáneo,
- Los 2 sentados, si él está de pie, pídele que se siente,
- Adopta un lenguaje corporal de escucha, relájate,
- Infórmate de las consecuencias del uso de las drogas.
¿Qué te gustaría lograr? Aquí algunos ejemplos:
- Tener una conversación casual con mi hijo,
- Entender ¿qué está viviendo entorno a las drogas?, ¿sus amigos lo hacen?, ¿le han ofrecido?
- Expresar mi preocupación y apoyo,
- ¿Cómo se siente entorno al alcohol, marihuana y otras drogas?
Escucha activa, ¿qué es y cómo se lleva a la práctica?
Cuando escuchamos de manera activa, evitamos dar sermones, nos interesa saber qué piensa y siente la otra persona, y nos interesamos de manera genuina y auténtica por su bienestar. Aquí algunas frases que puedes ocupar:
- Preguntas abiertas: “Cuéntame más, quiero entender”
- Evita preguntas cerradas: “¿Has probado la marihuana?”
- Actitud positiva: “Gracias por tu honestidad, la aprecio muchísimo.”
- Procura que se sienta escuchado: “escucho que te sientes ansioso, y cuando tomas, la ansiedad baja, te relajas y te sientes mejor. ¿entendí bien?”
- Pídele permiso: “¿está bien si te pregunto esto? Me gustaría darte un consejo, ¿puedo?”
- Ofrece empatía y compasión: “Me dices que la marihuana te ayuda con tu ansiedad, lamento mucho que estés ansioso, es una sensación muy desagradable, me gustaría ayudarte a que juntos encontremos una manera de que no te sientas así. ¿Qué opinas?”
Palabras a evitar
Después de la conversación escribe:
¿Qué estuvo bien, qué se puede mejorar?
Estas conversaciones no son de sólo una vez, hay que tenerlas con frecuencia, y para ello hay que practicar y practicar. La paciencia y la comprensión son tus aliados, entre más practiques, mejor.
Recuerda que tu amor incondicional, apoyo y comprensión, son un pilar fundamental para la prevención de adicciones.
Si requieres más información puedes escribirme a regina@seguigroup.com
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