El padre de Mauro y su hermana no sabe qué hacer con sus hijos desde que su esposa murió, así que decide dejarlos solos. Mauro y su hermana no le dicen a nadie que se han quedado solos, pues temen que si alguien se entera, los manden a un orfanato y los separen. Tras varias semanas solos, el dinero se empieza a terminar, un ladrón se entera de que ellos están solos y tratara de aprovecharse de ellos para seguir haciendo sus fechorías.
No te pierdas ni un solo capítulo de A cada quien su Santo