Mi Amor de Otra Galaxia | Un amor que cruzo las estrellas
Cuando un ser inmortal del espacio conoce a una estrella de cine arrogante… el universo conspira para que nazca el amor.
ver fotos

Do Min‑joon, un ser del cosmos atrapado en la Tierra desde el siglo XVII, lleva siglos dictando su destino con emociones apagadas… hasta el día exacto en que conoce a su nuevo vecina.
Crédito: MBC

En el drama que cruza galaxias, Do Min‑joon ha vivido cuatrocientos años sin envejecer, cambiando de identidad cada década, preservando un corazón frío y distante.

Ese primer encuentro en el ascensor solo duró segundos, pero bastó: Cheon Song‑yi, la diosa del Hallyu, irrumpe en la existencia de Do Min‑joon como una estrella inesperada.

Él, siempre pragmático; ella, excéntrica y con fama que la asfixia. Sus mundos chocan, y el destino suspira.

Song‑yi desprecia a lo que considera idiota, pero hay algo en la quietud magnética de ese vecino letrado que despierta curiosidad... y algo más.

Do Min‑joon, agudo en sus sentidos, percibe su dolor: esa estrella de cine, hermosa, vulnerable, llorando por su reputación dañada en redes sociales.

Mientras ella lucha con el juicio público, él, con sus poderes ocultos, decide protegerla, sin saber que cada gesto cambiará su existencia.

El tiempo y el espacio parecen doblarse cuando sus vidas se entrelazan: lo que él hubiera evitado… se convierte en el brillo de su esperanza.

Song‑yi, con su encanto atolondrado y corazón expuesto, empieza a disolver los escudos que él había levantado por siglos.

Él ha jurado no atarse nuevamente, pero esa vecina intratable, impulsiva… despierta en él la mitología de un amor imposible.

Ahí, en la cotidianidad de un edificio moderno, nace el choque eléctrico de dos almas: una celeste, la otra… intensamente humana.

Do Min‑joon observa a Song‑yi, no solo una estrella, sino un rostro que le recuerda a la joven que salvó hace siglos. El eco de ese amor perdido lo alcanza.

Llegó para irse, pero ese instante compartido lo detiene: ¿puede un ser inmortal sucumbir ante una emoción... humana?

Mientras él piensa en el cometa que lo reclamará, ella permanece en su lado del mundo, inconsciente del giro que ha provocado en su destino.

El drama, tejido entre risas incómodas y miradas que encienden, nos sumerge en un romance cósmico naciente y frágil.

Él, alienígena con poderes; ella, humana con inseguridades. El universo conspira en su primer encuentro... casi como un preludio predestinado.

En el capítulo 1 el espectador siente cómo, entre la frialdad calculada y la ingenuidad escandalosa, surge algo imposible de ignorar.

Ese primer roce, breve pero eterno, deja en suspenso un sentimiento que derrite siglos de distancia intergaláctica.

En el tráfico de emociones, Song‑yi representa lo imprevisiblemente humano; Do Min‑joon, lo eternamente solitario. El encender de un nuevo vínculo... lo cambia todo.

Al cerrar los ojos, uno entiende que incluso en un encuentro fugaz, el amor… desde otra galaxia, puede aterrizar sin permiso.
Mi Amor de Otra Galaxia | Un amor que cruzo las estrellas
¡No te pierdas Mi Amor de Otra Galaxia por Azteca 7!