Los balones de futbol tradicionales y más conocidos, que pueden tener otro significado , están compuestos por una mezcla precisa de polígonos: 20 hexágonos y 12 pentágonos. Este diseño no fue elegido por motivos estéticos ni comerciales, sino por razones relacionadas con la geometría y la topología. La combinación de figuras responde a reglas matemáticas que definen la estructura esférica más eficiente y uniforme posible sin sacrificar esfericidad ni resistencia.
¿Qué dice la ciencia sobre los hexágonos y pentágonos en los balones de futbol?
Un estudio de American Scientist explicó que la forma clásica del balón de futbol responde a un modelo geométrico específico : un poliedro esférico compuesto por polígonos regulares. Este diseño, conocido como “truncado icosaedro”, se ajusta a principios de la teoría de grafos y de la topología, disciplinas matemáticas que estudian las conexiones entre puntos, líneas y superficies sin importar proporciones exactas. Cada una de las 12 piezas pentagonales está rodeada exclusivamente por figuras hexagonales. Esta distribución garantiza que los vértices donde se unen las piezas mantengan estabilidad y simetría.

La razón por la que existen exactamente 12 pentágonos no es arbitraria: surge de la aplicación de la fórmula de Euler para poliedros esféricos, donde se relacionan vértices, caras y aristas. El número de hexágonos puede variar siempre que se respete la proporción estructural, pero el mínimo necesario para lograr una esfera cerrada y funcional es 20. Con menos de esa cantidad, no se consigue una cobertura completa que mantenga la integridad del objeto en tres dimensiones.
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¿Cuál es el origen matemático del diseño clásico de los balones de futbol?
El diseño tradicional de los balones de futbol es también una solución única a un problema matemático clásico. Esta configuración fue estudiada por matemáticos alemanes desde la década de 1980, quienes analizaron cómo construir una esfera con polígonos planos que cumplieran ciertas condiciones: solo usar pentágonos y hexágonos, que cada pentágono se conecte únicamente a hexágonos y que estos últimos alternen conexiones.
La estructura resultante fue tan eficiente que incluso sirvió de base para el descubrimiento del fullereno, una molécula de carbono con la misma disposición geométrica. A diferencia de esta molécula, los balones no requieren que cada vértice tenga tres aristas exactamente, lo que les da una mayor libertad de diseño aunque en la práctica se mantenga el patrón original.
En todos los casos, el diseño mantiene una lógica matemática donde cada elemento está conectado de forma precisa para garantizar una esfera funcional. Así, lo que para muchos es solo una figura deportiva, para otros representa una estructura derivada de principios geométricos fundamentales.