En Alemania, una mujer se llevó una de las sorpresas más grandes de su vida al descubrir que en un bosque había una granada, o al menos un objeto parecido. Afortunadamente, todo resultó ser una falsa alarma, pues la “granada” era en realidad un juguete sexual.
La corredora realizaba su rutina de ejercicios en el bosque de Sonnen, cerca de la frontera con República Checa y Austria, cuando encontró una bolsa transparente en el suelo con varios objetos, confundiendo uno de ellos con una granada de mano. Ante el sorpresivo hallazgo, la mujer llamó a emergencias para que enviaran un equipo que eliminara el supuesto explosivo.
Una vez que los expertos llegaron al lugar, se percataron que todo se trataba de un malentendido, pues en la bolsa de plástico, además del juguete sexual de goma, también había un paquete de condones y gel lubricante.
“La búsqueda en internet confirmó las sospechas iniciales: en efecto, existen juguetes sexuales en forma de granadas de mano. Y es justo por eso que estamos aquí", informó la policía local a través de su cuenta de Twitter.
Autoridades concluyeron que todo se trataba de alguien que quería deshacerse de los objetos, pero que por alguna razón decidió no tirarlos a la basura.
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Explosivos son comunes en Alemania
En Alemania, este tipo de sospechas son constantes, pues durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte del territorio germano se convirtió en un campo de batalla, por lo que a 75 años del término del conflicto sigue siendo frecuente el descubrimiento de artefactos explosivos de aquella época.
Se estima que cada año, equipos especiales alemanes desactivan alrededor de cinco mil 500 bombas y otros artefactos explosivos. En ocasiones, es necesario evacuar barrios enteros para llevar a cabo estas labores de seguridad.
Hasta el momento, la preocupación más grande producida por un viejo aparato explosivo ocurrió en 2017, cuando en la ciudad de Frankfurt se encontró una enorme bomba de fabricación británica con una carga explosiva de 1.4 toneladas. Por esta situación, más de 60 mil personas tuvieron que abandonar sus hogares para descartar riesgos.
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