Cierran centros de ayuda en Gaza tras disparos; ONU exige una investigación

La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), una entidad recientemente establecida y respaldada por Estados Unidos e Israel para la distribución de alimentos, anunció el cierre temporal de sus centros de reparto, lo que repercute en la desesperada situación humanitaria que se vive en la Franja.

La justificación oficial es “mejorar su eficiencia, modernización y organización”, mientras el Coronel Avichay Adraee, portavoz en árabe del Ejército israelí, advirtió que las carreteras que conducen a estos puntos son consideradas “zonas de combate” y el acceso está “terminantemente prohibido”.

Esta medida deja a miles de personas sin una fuente crucial de sustento, precisamente cuando la cifra de muertos por disparos israelíes en las inmediaciones de estos mismos centros no cesa de aumentar, según fuentes de medios palestinos.

El anuncio de la GHF, difundido en redes sociales y reposteado por Adraee, se produce tras una oleada de incidentes letales. Tan solo el 3 de junio, al menos 27 personas murieron tiroteadas mientras esperaban ayuda cerca de un punto de distribución en el sur de Gaza.

Informes de diversas fuentes y testimonios locales elevan a más de un centenar los fallecidos en circunstancias similares en los alrededores de los centros de la GHF desde que comenzó sus operaciones hace apenas una semana, el pasado 27 de mayo.

La suspensión, aunque temporal con promesa de reanudación el jueves, agrava la crisis alimentaria de una población asediada desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023, tras los ataques de Hamás.

La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) se presentó como una alternativa al sistema de ayuda tradicional coordinado por Naciones Unidas, con el argumento israelí de evitar el desvío de recursos por parte de Hamás.

Operada principalmente por contratistas, algunos con pasado militar, y funcionando en zonas controladas por el ejército israelí, esta iniciativa ha sido objeto de duras críticas por parte de la ONU y reconocidas organizaciones humanitarias.

Estas entidades denuncian que el esquema de la GHF no se atiene a los principios humanitarios fundamentales de neutralidad e imparcialidad, podría facilitar los objetivos militares israelíes y hasta promover el desplazamiento forzado de la población al centralizar la ayuda en apenas tres puntos en el sur, de difícil y peligroso acceso.

Ante la escalada de muertes de civiles que buscaban alimentos, las Naciones Unidas han exigido “una investigación inmediata e independiente”.

Altos funcionarios de la ONU han calificado estos puntos de distribución y sus rutas de acceso como una “trampa mortal” y han condenado los ataques contra civiles como posibles crímenes de guerra.