Incendio en centro de migrantes provoca la muerte de 40 personas en Cd. Juárez

Algunos pensábamos que la actual crisis migratoria no podría estar peor. Pero hoy amanecemos con la terrible noticia de la muerte de 40 migrantes muertos en Ciudad Juárez. Con una noticia así, lo primero que se viene a la mente es que algún coyote desalmado los abandonó al interior de la caja de un tráiler.

Pero lo más preocupante de esta situación es que murieron en las instalaciones migratorias de Lerdo, un alojamiento provisional del Instituto Nacional de Migración (INAMI). Es increíble que la dependencia que debe vigilar por los derechos de los migrantes enfrente ahora esta tragedia, que debió evitarse.

Las imágenes reveladas de las personas muertas, en su mayoría tirados en un estacionamiento del alojamiento, son terribles. Es una tragedia que no debe quedar impune. Si bien el incendio fue provocado por los propios migrantes al interior del refugio, debemos insistir en que no existen los protocolos necesarios para evitar tragedias de esta magnitud.

Ahora, los migrantes que transitan por México no sólo deben cuidarse de los narcotraficantes, de los tratantes de personas, los coyotes. También tendrán qué cuidarse de las autoridades migratorias. ¿Qué habría pasado si hoy habláramos de 40 mexicanos muertos bajo resguardo de la Patrulla Fronteriza en Estados Unidos? Deberíamos empezar a ponernos en los zapatos de los migrantes.

La noche del lunes 28 de marzo se registró un motín entre migrantes dentro de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez. Según los agentes en el sitio, los extranjeros que estaban bajo resguardo para ser trasladados al sur de la República Mexicana intentaron salirse a la fuerza de las instalaciones y comenzaron a quemar colchones y ropa.

Mientras llegaba la ayuda, adentro todo estaba fuera de control. Afuera de la puerta principal fueron hallados cuatro personas sin vida, al parecer migrantes que no alcanzaron a escapar del fuego.