La burocracia fiscal y la tramitología complican la inscripción obligatoria de jóvenes al Servicio de Administración Tributaria, el SAT.
Esta burocracia fiscal alcanza a los jóvenes mexicanos que cumplen la mayoría de edad, 18 años, y buscan abrirse paso en el mercado laboral formal, así como en el académico.
Obtener el RFC cada vez se vuelve más complicado, ¿por qué?
Carmen y Alain son ejemplos de quienes han cumplido la mayoría de edad, buscan iniciar su carrera laboral y ganar su primer salario, pero señalan que no han podido ingresar a su primer trabajo porque durante semanas no encontraron citas disponibles en el portal del Servicio de Administración Tributaria (SAT), para darse de alta y cumplir con las obligaciones fiscales.
Además, deben cumplir con el trámite para poder ingresar a la universidad.
Hoy estos jóvenes no entienden porqué son tan tortuosos y lentos esos trámites, cuando podrían ser más sencillos y en línea. El problema, dicen, es que como ellos, millones de jovenes sufrirán esta burocracia fiscal.
Inscripción obligatoria al SAT
De acuerdo con las disposiciones vigentes todos los mayores de 18 años están obligados a darse de alta ante el SAT, un requisito indispensable para trámites académicos y laborales.
En enero de 2022 el SAT informó que con la Miscelánea Fiscal 2022 se aprobó el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) obligatorio para mayores de 18 años. La incorporación al RFC y, la obtención en conjunto de la e.firma (firma electrónica), no implica que estén obligados a pagar contribuciones ni a presentar declaraciones, a menos que ya realicen alguna actividad económica.
Además, de acuerdo con lo aprobado por el Congreso de la Unión, ningún joven será sancionado por no registrarse ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Esta institución tiene muy claro que la transición del registro llevará cierto tiempo y durante este lapso no habrá penalidades, ni multas, ni sanciones.
El SAT indicó que con este trámite busca incorporar al RFC a los jóvenes mayores de 18 años con la finalidad de introducirlos a la cultura contributiva, pero sobre todo, protegerlos del robo de identidad ya que las empresas fantasma los utilizan como prestanombres. Al contar con su RFC y su firma electrónica, los jóvenes recibirán avisos en los medios de contacto que den de alta (correo electrónico), en caso de que su identidad haya sido utilizada por dichas empresas.
Cabe mencionar que, la Secretaría de Educación Pública solicita el RFC y la firma electrónica para poder emitir las cedulas profesionales de los recién graduados y titulados.
