Los restos que eran transportados por un hombre en un “diablito” en las calles del Centro Histórico pertenecen a dos menores de edad, que fueron identificados por sus padres tras acudir al forense en la Ciudad de México.
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El hombre fue señalado de pertenecer al grupo delictivo la Unión Tepito, mientras que las víctimas fueron señaladas como Yair, de 12 años, y Héctor Efraín, de 14 años, quienes habían desaparecido cinco días antes de que se detuviera al hombre.
Los niños vivían en una vecindad ubicada en la calle Pensador Mexicano junto con sus padres, los cuales acudieron ante las autoridades correspondientes para dar aviso sobre la desaparición de sus hijos.
Los padres, indígenas mazahuas de San Antonio Pueblo Nuevo, Estado de México, señalaron que los niños los acompañaban a su trabajo de comercio ambulante y que tenían la intención de continuar con sus estudios; sin embargo, tuvieron que dejar la escuela por el inicio de la pandemia y comenzar con la venta de dulces para apoyar a sus padres.
De acuerdo con información recavada en el teléfono de Héctor, el menor estaba conquistando a una joven, quien también estaba involucrada sentimentalmente con un vendedor de droga, por lo que la familia sospecha que ese fue el motivo del ataque.
El teléfono también arrojó que su última ubicación había sido en una vecindad de Belisario Domínguez, pero los policías nunca fueron a tal punto para buscarlos. Familiares piden que se haga justicia y los homicidas responsables paguen por el crimen.
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