En redes sociales, el video de una gata cuidando a su cachorro en Corea del Sur se hizo viral, pero más allá del amor maternal de estos animales, la particularidad de estos mininos fue la devoción con que la madre protegió a su pequeño, el cual tenía problemas en sus patas traseras que le impedían moverse.
A través del canal de YouTube conocido como Kitter Klub, se dio a conocer la historia de una gata que salía algunas veces a la azotea de un edificio en Corea del Sur.
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Una de las habitantes intentó ayudarla, pero la gata era feral y huía cada vez que veía que alguna persona intentaba acercarse a ella.
Durante varios días la mujer, junto con el equipo de Kitter Klub, “cazó” a la gatita a través de cámaras de video, para conocer su comportamiento y saber dónde se escondía cuando veía la presencia de alguna persona.
Tras varios intentos, lograron ver que la gatita se escondía en un agujero que había en un techo, pero no estaba sola, vivía con una cría que tenía problemas para moverse.
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Quienes buscaban ayudar a la gata observaron que su cría al salir de la guarida se arrastraba y seguía a su madre, quien intentaba saltar entre los techos de los edificios, pero al ver que su cría no podría seguirla, regresaba y lamía sus patas para ahuyentar a las moscas que se le acercaban al cachorro.
Pronto los rescatistas descubrieron que debían rescatar a la madre y a su pequeño para ayudarlo, así que montaron no sólo un cerco de cámaras, sino una jaula con comida en el interior para atrapar a la madre.
Atraída por el hambre, la minina salió del agujero donde se encontraba para comer algo del plato, tras lo cual la jaula se cerró; segundos después, al escuchar los aullidos de su madre, el cachorro salió y no sabía qué hacer.
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Es así como el veterinario se acercó para examinar de manera preliminar al pequeño gatito, quien buscaba a su madre que continuaba llorando en la jaula.
Tras realizar los exámenes médicos, encontraron que el gatito habría sufrido un daño en su columna que le impediría caminar con sus patas traseras y habría tenido diarrea, lo que provocó que se agusanara y por ello las moscas no dejaban de seguirlo.
Pero la historia tiene un final feliz: madre e hijo logran reunirse ya cuando el cachorro fue tratado de su discapacidad. Rescatistas y veterinarios destacaron el amor devocional que la madre tuvo hacia su cría, a quien no dejó a pesar de tener un problema de movilidad.
