El aguacate ha conquistado desayunos, tostadas, smoothies y hasta memes. Pero lo que pocos saben es que su nombre tiene un origen ancestral… y bastante curioso. Porque sí, el significado original de la palabra “aguacate” no tiene nada que ver con ensaladas y sí mucho con partes del cuerpo masculino.
¿De dónde viene la palabra “aguacate”?
La palabra proviene del náhuatl “ahuacatl”, que originalmente significaba testículo. Y no, no es una interpretación libre. Así aparece registrado en fuentes lingüísticas serias, como la Real Academia Española (RAE).
Al parecer, los mexicas usaban el término no solo para referirse al fruto, sino también como metáfora visual, por la forma colgante del aguacate cuando crece en pares. Lo interesante es que la fruta mantuvo su popularidad, aunque con el tiempo su nombre se suavizó fonéticamente al pasar por el español y otras lenguas.
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¿Qué otros nombres tiene el aguacate en distintos países?
En México y Centroamérica lo conocemos como aguacate, pero en países como Chile, Argentina y Perú se le llama palta. En algunas regiones de Sudamérica también se le dice cura o curo. Y en inglés, claro, es avocado.
Todos estos nombres tienen raíces distintas, aunque la palabra náhuatl fue la que más influyó en su nombre internacional. Lo que no cambió (ni cambiará) fue su versatilidad en la cocina.
¿Qué tan importante es el aguacate en la cultura mexicana?
Los aguacates son ricos en grasas saludables, especialmente ácido oleico, que favorece la salud del corazón. Además, aportan fibra, potasio, antioxidantes y vitaminas como la E, K y del complejo B, lo que los convierte en un manjar nutritivo y completo.
En el Día Internacional del Aguacate, aprendemos a hacer guacamole botanero
Más allá del desayuno instagrameable, el aguacate ha sido parte fundamental de la alimentación en Mesoamérica desde tiempos prehispánicos. Era considerado un alimento energético, sagrado y hasta afrodisíaco.
Hoy en día, además de ser base del guacamole, se exporta a todo el mundo y genera millones de dólares para la economía mexicana. Así que sí, puede que su nombre original haga sonrojar a más de una persona, pero el aguacate sigue reinando sin culpa en nuestras mesas.
