El futbolista brasileño Dani Alves será juzgado los días 5, 6 y 7 de febrero del próximo año donde la Fiscalía española pide nueve años de cárcel por violar presuntamente a una joven en una discoteca de Barcelona el 30 de diciembre de 2022.
Por su parte, la defensa del futbolista solicita su absolución al concluir que las relaciones sexuales que mantuvo con la denunciante en un baño de la discoteca Sutton fueron consentidas, aunque mantiene que los 150,000 euros que el acusado ha pagado, impuestos por la jueza como fianza en su procesamiento, abren la puerta a una atenuante de reparación del daño en caso de condena, según fuentes jurídicas.
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Dani Alves acusado de agresión sexual realizada en el 2022
Aunque las posiciones de acusaciones y defensa se antojan de momento alejadas, no es descartable un pacto ‘in extremis’ a las puertas del juicio que reduzca la condena al internacional brasileño, a cambio de que reconozca la violación e indemnice a la víctima.
Acusaciones y defensas, de hecho, mantuvieron conversaciones hace meses para explorar la posibilidad de un acuerdo, aunque en un comunicado del pasado mes de noviembre la denunciante cerró la puerta al pacto tras recalcar que el daño moral y las secuelas que ha sufrido por la agresión sexual son “irreparables”.
¿Cómo ocurrieron los hechos que acusan a Dani Alves?
Según mantiene la Fiscalía en su escrito de conclusiones presentado ante la Audiencia, Dani Alves agredió sexualmente a la joven la noche del 30 de diciembre en el baño de un reservado de una discoteca en Barcelona, adonde la víctima había acudido con una prima y una amiga.
El futbolista y un amigo suyo invitaron a las jóvenes a sentarse con ellos en el reservado, donde los cinco estuvieron bebiendo champán, charlando y bailando, momento que Alves aprovechó supuestamente para aproximarse a la víctima, a la que llegó a agarrar la mano en dos ocasiones para acercarla a su pene, añade el ministerio público.
Hacia las 03:20 horas, sostiene la Fiscalía, Dani Alves se dirigió a una puerta colindante e hizo un ademán a la joven para que se acercara, lo que la víctima aceptó, sin saber cómo era la zona privada a la que acababa de entrar.
Una vez allí, sostiene el ministerio público, el futbolista la introdujo en un pequeño cuarto de aseo y cerró la puerta, sin dejarla salir pese a que ella se lo pidió al encontrarse en ese “cubículo”, y la agredió sexualmente, manteniendo una actitud “despectiva” hacia ella ante la resistencia que opuso.
Pese a que la joven pidió “reiteradamente” salir del lavabo, sostiene el escrito, Alves se lo impidió, lo que provocó en la víctima una situación de “angustia y terror” que la dejó sin capacidad de reacción.
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