Lejos de realizar cambios radicales, el Real Madrid parece volver a las bases que lo llevaron a alzar su décima Champions League, hace ocho años. Esa que marcara el inicio de una época gloriosa, que inevitablemente conduciría a la turbidez que hoy atraviesa la institución.
El equipo realizó aquella hazaña de la mano del experimentado entrenador Carlo Ancelotti, quien vuelve al banquillo blanco para intentar alejar al club del presente de escasez que lo amedrenta. El timonel italiano pretenderá volver a las bases de un equipo más futbolístico que físico, algo irremediable en un base esculpida por la veteranía.
Los merengues, por lo menos hasta este momento, mantienen en su plantilla a siete de los jugadores (un hecho impensado en el futbol moderno) que pisaron el campo en aquel épico partido ante el Atético de Madrid, que fue jugado hace ocho años, un 2 de julio.
En la base registrada para encarar la campaña 2021-2022, vuelve a hacerse presente Gareth Bale (también Martin Odegaard), un jugador tan querido como odiado por la afición, pero que se ha convertido en una auténtica pesadilla para la directiva, que tras varios intentos por deshacerse de él, finalmente lo había conseguido mediante un préstamo a su exequipo, el Tottenham, en donde solo duró un año.
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La figura de Bale se asoma en el sitio web de la empresa, con todo y la nueva indumentaria. Sin embargo, esto no garantiza su permanencia, pues de esos 29 elementos sobran cuatro. La liga española únicamente permite el registro de 25 futbolistas.
Se habla de que, evidentemente, Bale estaría entre las principales opciones que la directiva busca acomodar lejos del Santiago Bernabéu (esto lo decidirá Ancelotti dependiendo de si llega o no otro refuerzo en el ataque). Lo podrían acompañar Isco, Jovic, Ceballos, Brahim y Kubo. Como mínimo planean desprenderse de ocho futbolistas para dar cabida a un par de la cantera y quizá algún otro refuerzo de experiencia. Luce enredoso este escenario, el ideal para Florentino Pérez.
El gran ausente del Real Madrid
El gran ausente en el mosaico fotográfico del club más ganador de Europa es Sergio Ramos, despedido hace apenas unas semanas y con un pie y medio en el Paris Saint Germain. Algunos otros que quizá el madridismo veía fuera mucho antes que el excapitán, como Marcelo o Nacho, consolidan su permanencia.
