Ciudad de México. El nombre de Walter Erviti es recordado por la afición de Rayados de Monterrey, por haber conseguido el título del Clausura 2003 ante Monarcas Morelia y vivir grandes momentos en club.
Después de seis años en la Sultana del Norte, el futbolista argentino volvió a su país para granar otros títulos y quizá, uno de los más importantes de su carrera: la Copa Sudamericana.
Pero jugar en Primera División, lograr campeonatos de liga y este último continental con Independiente, no podían llenar el sueño de jugar en el club del que es hincha y a sus 37 años, finalmente lo logró.
Su nuevo destino: Club Alvarado de Mar del Plata. A pesar de que su nuevo equipo juega en el Federal A, tercera división del futbol argentino, no le importó a Erviti, quien decidió jugar ahí por amor al club y a Ramón, su papá.
“Estoy muy emocionado por este momento, lo he esperado mucho tiempo. El cariño que tengo por este club es una de las experiencias más valiosas que me ha dejado mi padre. Soy hincha de Alvarado desde que nací y lo llevo tatuado en mi piel”, dijo Erviti en su presentación.
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