Bien dicen que Los Ángeles es el centro de las grandes estrellas hollywoodenses y del entretenimiento mundial. Los diferentes foros deportivos son la alfombra roja perfecta para las grandes luminarias, sea este el Staples Center de los Lakers y Clippers, Dodgers Stadium, Memorial Colliseum, Rose Bowl, Banc of California Stadium del LAFC de la MLS, entre otros.
A esta lista hay que incluir el flamante SoFi Stadium, nuevo hogar de los Rams y Chargers en la NFL, inaugurado el 8 de septiembre de 2020 y próximo sede del Super Bowl LVI.
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— Los Angeles Chargers (@chargers) September 19, 2021
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Reunión de estrellas
Hoy las estrellas que invadieron ese firmamento tan espectacular y tecnológico fueron Las estrellas de la NBA, LeBron James y el retirado Magic Johnson, ambos grande figuras del deporte angelino tras logar títulos con los Lakers. El duelo magno fue entre los Cowboys, otra de las grandes franquicias estadounidenses del deporte, y los Chargers.
Recordemos que ambas figuras del basquetbol se volvieron grandes amigos cuando James llegó a Los Ángeles en la temporada 2019. En esa decisión, Magic tuvo un gran peso cuando todavía era Gerente General de la organización púpura y dorada. Fui y convenció personalmente a LeBron para que regresara a la grandeza a los 16 veces campeones de la NBA y el resto es historia tras conseguir el anillo número 17 en 2020.
Este domingo, la semana 2 de la NFL tuvo la fortuna de ver a estas luminarias brillar desde los palcos de sus emparrillados. James es un gran aficionado de la liga (le va a los Browns de Cleveland y hoy también los estuvo apoyando en su triunfo 31-21 sobre Houston) y de los deportes en general, algo que comparte con Magic, quién entre otros negocios es parte del grupo de accionistas de los Dodgers. En ese tenor, la gran leyenda de 62 años presumió en sus redes sociales dicho encuentro, acompañado del mensaje: “Con el mejor jugador de hoy en día”.
El final, el partido fue de pocos puntos pero entretenido. Dallas sacó el triunfo 20-17 frente a los locales, en una batalla que se decidió con un gol de campo agónico de Greg Zuerlein, con un guión al mero estilo de Hollywood y de sus grandes luminarias al mero estilo de LeBron James y Magic Johnson.
