Cuando hablamos de países insólitos en el Mundial de Futbol, es natural pensar que solo las potencias como Brasil, Alemania o Argentina tienen cabida en la gran fiesta del balompié. Pero la historia de la Copa del Mundo está llena de sorpresas, con selecciones que jamás imaginaríamos en ese escenario. Desde Cuba, Haití y Zaire, hasta Togo, Angola o Indonesia, el torneo ha recibido visitantes inesperados que dejaron huella, aunque fuera por un instante.
Cuba, Indonesia y las selecciones pioneras del Mundial
Uno de los países más insólitos que alguna vez jugaron un Mundial es Cuba, que en 1938 alcanzó los cuartos de final en Francia. Aquella selección caribeña escribió un capítulo único para Concacaf, pese a caer 8-0 ante Suecia en la ronda definitiva. Fue su primera y única participación, pero suficiente para quedar en los libros.
Ese mismo año debutó otro de los países sorprendentes en los Mundiales: Indonesia, aunque entonces compitió bajo el nombre Indias Orientales Neerlandesas. Se convirtió en el primer representante de Asia en una Copa del Mundo. Su aventura fue breve —una derrota 6-0 ante Hungría— pero histórica. Hasta hoy, sus aficionados presumen ese logro como símbolo de identidad deportiva.
Haití, Zaire, Kuwait y otras historias que nadie vio venir
Años después, el Mundial de 1974 regaló momentos que hoy son joyas del pasado. Haití logró romper la histórica racha de imbatibilidad del legendario portero italiano Dino Zoff gracias al gol de Emmanuel Sanon, uno de los episodios más emocionantes para el Caribe futbolero.
En esa misma edición, Zaire —actual República Democrática del Congo— protagonizó una de las escenas más recordadas de los Mundiales: un jugador despejando prematuramente un tiro libre de Brasil, demostrando el desconocimiento de las reglas por parte de un equipo que llegó entre caos político y presiones internas. Uno de los momentos más icónicos de todas las Copas del Mundo.
En 1982, Kuwait hizo historia cuando su jeque bajó al campo para protestar un gol ante Francia… ¡y el árbitro terminó anulándolo! Ese mismo torneo también marcó el triste récord de El Salvador, que sufrió la mayor goleada en la historia mundialista: un 10-1 frente a Hungría.
Para Alemania 2006, nuevas selecciones se unieron a la lista de países insólitos en los Mundiales. Angola, Togo y Trinidad y Tobago no sumaron triunfos, pero mostraron pasión, orgullo y el sueño intacto de competir al más alto nivel. Los angoleños incluso empataron 0-0 con México, un resultado que aún se celebra en Luanda.
Finalmente, selecciones como Canadá (regresando en 2022 después de 36 años) y Gales (de vuelta desde 1958) han demostrado que los ciclos futboleros siempre pueden renacer.
Porque un Mundial es mucho más que fútbol: es un mapa vivo de culturas, ilusiones y momentos irrepetibles que hacen grande al deporte más amado del planeta.
