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La NAVIDAD que no todos ven en la NBA: Entre gloria y SACRIFICIOS

La NBA en Navidad representa honor y dolor al mismo tiempo: partidos históricos, familias separadas y recuerdos que marcan a estrellas y entrenadores

La Navidad que no todos ven la NBA_ Entre gloria y sacrificios
La Navidad que no todos ven la NBA Entre gloria y sacrificios|Reuters

La Navidad en la NBA es mucho más que jerseys especiales, ratings y partidos estelares. Para el público latino en Estados Unidos, estas historias conectan de inmediato: trabajar cuando otros celebran, perder momentos familiares y aun así cumplir el sueño. Jugar el 25 de diciembre es un privilegio reservado solo para los elegidos, pero también un sacrificio que deja huella.

Entrenadores legendarios, superestrellas y jugadores de rol coinciden en algo: la Navidad en la NBA se ama y se odia al mismo tiempo.

Entre el honor de jugar y el costo de estar lejos de la familia

Pocos lo explican mejor que Doc Rivers, quien ha pasado 17 Navidades como jugador o entrenador. Para él, ganar en Navidad es una sensación única, pero el precio es alto. Hoteles, aviones y rutinas de partido reemplazan al árbol y los regalos.

Lo mismo vive Steve Kerr, hoy coach de los Warriors, quien confiesa que muchas veces ni siquiera recuerda que es Navidad hasta que alguien del staff lo felicita. Reuniones tácticas, scouting y viajes convierten la fecha en un día laboral más, aunque el estadio esté lleno de aficionados felices.

La NBA intenta suavizar el impacto con regalos y detalles, pero la nostalgia aparece cuando los jugadores piensan en sus hijos abriendo regalos sin ellos. Una escena que muchas familias latinas conocen bien.

LeBron James y otros: Padres, hijos y recuerdos que marcan para siempre en la NBA

El caso de LeBron James resume la esencia de la Navidad en la NBA. Ha jugado un récord de 19 veces el 25 de diciembre, compartiendo a su padre con el mundo mientras su familia ajustaba celebraciones. Bronny James creció viendo a LeBron jugar cada Navidad, entendiendo desde niño que los regalos podían esperar.

La Navidad pasada fue histórica: padre e hijo fueron compañeros de equipo en esa fecha. Para LeBron, sigue siendo un honor, aunque admite que preferiría pasar el día entero en el sofá con su familia.

No todas las historias son felices. Kerr aún revive su peor error en un partido navideño de 1994 con los Bulls, una jugada que todavía aparece en repeticiones y lo persigue cada diciembre. Para otros, como Draymond Green, jugar en Navidad puede sentirse miserable, aunque reconoce que estar en ese escenario significa grandeza.

Y luego está la magia. Stephen Curry y Donovan Mitchell crecieron viendo NBA en Navidad y hoy viven ese sueño desde la duela, conscientes de que no todos llegan ahí.

La Navidad en la NBA es gloria, presión y sacrificio. Un reflejo perfecto de la vida misma.

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