La Eliminatoria rumbo al Mundial 2026 dejó mucho más que frustración deportiva en Nicaragua: dejó sospechas, señalamientos internos y la posibilidad —cada vez más mencionada— de un amaño en Concacaf. El futbolista Byron Bonilla, uno de los referentes del equipo, encendió la alarma al hablar abiertamente de “cosas raras” que ocurrieron durante el camino mundialista, especialmente en uno de los duelos que comprometió el futuro del combinado pinolero.
A falta de una jornada y sin opciones ni de repechaje, la selección nicaragüense vive un cierre turbulento, no solo por los resultados, sino por la polémica que ha sacudido a un grupo que apuntaba a una eliminatoria histórica.
Bonilla rompe el silencio: “Alguien sabe lo que hizo”
Las declaraciones de Byron Bonilla reproducidas por La Opinión fueron contundentes. El jugador del Real Estelí aseguró que hubo comportamientos que no encajan con la lógica futbolística. “Lo que pasó en partidos atrás no es casualidad… esa persona sabe lo que hizo, por qué lo hizo”, lanzó sin mencionar nombres, pero dejando claro que sus sospechas apuntan a un jugador en específico.
Esa frase, sumada a su insistencia en que fueron “cosas raras” y que el equipo “se comportó como debía”, avivó el tema del posible amaño, algo extremadamente delicado en el entorno de Concacaf, que ya ha lidiado con casos similares en ligas centroamericanas en años recientes.
Las miradas, como él mismo sugirió, terminaron en un solo futbolista.
Miguel Rodríguez, en el centro de la tormenta
El único jugador que coincide con la descripción es el portero Miguel Rodríguez, quien tuvo una actuación desastrosa en la derrota 4-0 ante Costa Rica. Tres de los goles ticos fueron errores directos del guardameta, y un cuarto —también con responsabilidad suya— fue anulado por fuera de lugar.
El propio seleccionador Marco Antonio Figueroa lo señaló públicamente después del encuentro:
“Costa Rica no generó mucho. Perdimos por cuatro errores de nuestro portero Miguel Rodríguez. Toda la culpa es de él y mía por ponerlo”.
Figueroa incluso lamentó que el joven arquero, de solo 22 años, estuviera perdiendo oportunidades en el fútbol profesional “día tras día”.
Con declaraciones tan fuertes desde el vestidor y desde la cancha, el ambiente se ha contaminado aún más, alimentando la idea de que Nicaragua podría solicitar una investigación formal si las insinuaciones de Bonilla toman más fuerza o se suman otros testimonios.
Por ahora, no hay evidencia pública de un amaño, pero las acusaciones dejaron al país entero preguntándose si su eliminación fue solo futbolística… o si hubo algo más.
