San Petersburgo, Rusia. Si Francia gana la Copa del Mundo el domingo habrá alcanzado su máximo rendimiento después de comenzar el torneo en Rusia con algunas dudas, aunque la selección dirigida por Didier Deschamps ha mejorado cuando más importaba.
La experiencia que ha ido ganando el equipo en el torneo ha sido clave tanto para los jugadores como para Deschamps, que aprendió la lección del último Mundial en Brasil, donde Francia cayó ante Alemania en cuartos de final, y de la Eurocopa de hace dos años, donde perdió la final como anfitrión.
Esto quedó reflejado el martes, cuando el equipo superó a Bélgica en la semifinal para quedar a un partido de ganar su segunda Copa del Mundo, dos décadas después de levantar el trofeo por primera vez.
Si bien hubo interrogantes luego de un inicio poco inspirador que incluyó una controvertida victoria sobre Australia y un triunfo sufrido ante Perú, Francia se aseguró la primera posición en una fase de grupos en la que era favorita. Y ha ido mejorando en cada partido.
En la etapa de eliminación directa, los franceses tuvieron que mostrar toda su capacidad para batir a Argentina, Uruguay y finalmente a Bélgica en la semifinal del martes en San Petersburgo.
“Nos hemos preparado bien. Puedo alardear un poco sobre eso”, dijo riendo Deschamps después de asegurar el pase a la final del domingo en Moscú contra Croacia o Inglaterra.
“Los jugadores mayores desempeñaron su papel de líderes y los jóvenes aportaron su energía. Tengo un plantel con una buena mezcla. Han cohabitado felizmente juntos (...) Nadie se queja y todos se dan cuenta de la importancia de la competencia”, agregó.
Hay muchos aspectos positivos en el juego de Francia. El equipo controló el pánico cuando perdía 2-1 frente a Argentina en el partido de octavos de final para terminar ganando 4-3 y tuvo paciencia para derrotar 2-0 al obstinado Uruguay en los cuartos de final.
El martes contra Bélgica, Francia estuvo atenta y fue disciplinada.
Para Francia, haber perdido la final de la Eurocopa 2016 frente a Portugal en París es una motivación adicional.
“Fue muy difícil aceptar lo que pasó hace dos años y no queremos que suceda de nuevo. Queremos terminar este torneo de la mejor manera posible”, dijo el capitán Hugo Lloris, protagonista de una serie de atajadas heroicas el martes.
Deschamps, quien fue capitán del equipo que ganó la única Copa del Mundo que tiene Francia en sus vitrinas en 1998, dijo que el camino hacia la final se ha basado en una determinación de acero.
“Hay un espíritu en el equipo que puede mover montañas (...) Son jóvenes y serán aún más fuertes en dos o cuatro años”, dijo el DT. “Hemos creado una oportunidad para convertirnos en campeones del mundo aunque todavía no lo logremos”.
Reuters
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