‘Popeye’ fue colgado de un árbol en Hidalgo, sobrevivió al maltrato y activistas exigen castigo ejemplar
El perro ‘Popeye’ fue colgado de un árbol en Tulancingo, Hidalgo; sobrevivió al maltrato y activistas exigen justicia pese a débiles sanciones en el estado.
Un violento acto de crueldad animal en Tulancingo de Bravo, Hidalgo, se registró el pasado lunes 2 de junio, después de que, un perro identificado como ‘Popeye', fue colgado de un árbol en la comunidad de Santa María Asunción; esta situación, que fue captada en video y difundida ampliamente en redes sociales, causó total indignación.
Rescatan con vida a perro colgado en Tulancingo e interponen denuncia contra agresora
En entrevista en Hechos AM con Otoniel Martínez, Vaitiare Mateos y Leo Arriaga; Vannia Castillo, activista e integrante del santuario Hopeful, detalló qué acciones tomaron ante este terrible caso de crueldad animal.
“Es un caso indignante, en cuanto vi el video, pregunté si el perrito estaba vivo y realicé la denuncia. Lo que más me da coraje es que, la persona que lo agredió, en ese momento hizo una entrega voluntaria y, hasta el momento, no ha recibido un castigo.
“No ha sido vinculada a ningún proceso, eso sigue dando pie a que estas cosas sigas pasando, pues no hay castigos ejemplares para el tipo de maltrato que ellos están recibiendo”, explicó Vannia Castillo.
Cuando se le preguntó a la mujer el motivo por el que colgó al perro, ella detalló que era un animal agresivo y que había mordido a varios integrantes de su familia, por lo que decidió ‘castigarlo’, sin pensar en las consecuencias y el riesgo que implicaba para la salud de la mascota.
“A pesar de lo que él sufrió, de lo que pasó, es un perrito que poco a poco va recuperando de la confianza. Su estado es anímico, ya empezamos con la rehabilitación para, previamente, iniciar con el proceso de adopción”, agregó la activista.
¿Cuál será el castigo para la mujer que colgó a Popeye de un árbol?
Pese a las evidencias que muestran la culpabilidad de la agresora, este caso de maltrato animal, como muchos otros en el país, podría quedarse ‘archivado’ o con un castigo mínimo, pues, en Hidalgo, no existe una ley que tenga mayor peso contra las personas que violenten a sus mascotas.
“Lo ideal es que ella estuviera detenida para enfrentar un proceso de vinculación en donde, obviamente, lo que se defiendan son los derechos en los animales.
“En Hidalgo, la pena máxima es de cuatro años y como no es delito grave, lo que sucede es que esta persona puede quedar libre pagando una multa, la reparación de daño y servicio comunitario. Como activista pedimos nuevas leyes para que el maltrato animal sea contado como delito grave para que tenga un castigo ejemplar”, sentenció Vannia Castillo, activista e integrante del santuario Hopeful.
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