La preocupación por la calidad del agua en el Valle de México ha escalado a nuevos niveles. A las presas contaminadas se suman ahora los ríos, con un alarmante fenómeno visible en el Río Becerra en la CDMX: una densa capa de espuma tóxica.
Investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM han revelado que esta espuma no solo contiene bacterias y patógenos, sino que podría ser un cóctel de metales pesados, como el arsénico y el mercurio, compuestos directamente relacionados con la aparición de enfermedades como el cáncer. Este hallazgo subraya una problemática ambiental y de salud pública mucho más profunda de lo que se creía.
¿Por qué el Río Becerra se llenó de espuma tóxica?
La espuma tóxica en el Río Becerra se originó por la acumulación de residuos domésticos e industriales, detergentes, aguas residuales y basura que se encontraban en el cauce y la presa. Las fuertes lluvias aumentaron el caudal y la velocidad del agua, lo que facilitó la mezcla y agitación de estos contaminantes, generando una espuma blanca y densa que invadió calles y viviendas cercanas.
¡Toma precauciones! Expertos de la UNAM han señalado que la espuma contiene bacterias, metales pesados y fosfatos provenientes de detergentes, lo que la convierte en un riesgo para la salud pública. El contacto con esta espuma puede causar irritación en la piel, ojos y problemas respiratorios, por lo que se recomienda evitar cualquier contacto directo y seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias.
Así se ve la espuma tóxica en el Río Becerra, #CDMX
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) June 26, 2025
Investigadores de la #UNAM advierten que, además de bacterias, podría contener metales como arsénico y mercurio, relacionados con el cáncer.https://t.co/qv39eVz9Uz pic.twitter.com/odsrh36PbZ
Los hallazgos de la UNAM que confirman el peligro para el agua en CDMX
Investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM han detectado la presencia de metales pesados como arsénico y mercurio en la espuma tóxica que apareció en el Río Becerra. Estos contaminantes están vinculados directamente con enfermedades graves, incluyendo el cáncer, lo que agrava la crisis ambiental y de salud pública en la zona.
La combinación de bacterias, patógenos y estos metales pesados convierte a la espuma en un peligroso cóctel tóxico que afecta no solo la calidad del agua, sino también la salud de las personas que habitan cerca del río. La persistencia de estos metales en el ambiente representa un riesgo a largo plazo, ya que pueden acumularse en organismos vivos y contaminar cadenas alimenticias.
