Junto a los regalos del Día de Reyes, las familias degustan un jarro de atole, chocolate o champurrado acompañado por una rebanada de Rosca de Reyes, un pan tradicional que se come los días 6 de enero de todos los años en México.
Esta tradición tiene su origen, de acuerdo con historiadores, en fiestas paganas y otros apuntan que fue en la Edad Media; sin embargo, fue el rey de Francia, Luis XV, quien la difundió en su país, luego que su cocinero la preparó para él y le gustó.
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A México llegó en la época de la Conquista y fue aquí donde tomó un giro cultural propio al incluir un muñeco de plástico y, hasta nuestros días, esta tradición continúa; incluso, hay quienes cambiaron el muñeco por personajes de películas.
A la figura de plástico que se encuentra en el interior de la rosca se le llama “niño” o “muñeco”, el cual simboliza a Jesucristo. Como dicta la tradición, quien lo encuentre, deberá cuidar la figura y se compromete a “pagar” con tamales al resto de la familia o comensales con quienes haya partido la Rosca de Reyes el 2 de febrero, “Día de la Candelaria”.
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Sobre el significado de la Rosca de Reyes, se indica que la forma circular en la que es presentada simboliza el amor eterno de Dios. Mientras que las frutas secas cristalizadas que la adornan simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos.
En México se suele acompañar este delicioso pan con una taza de café, chocolate o atole de la preferencia del comensal.
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