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Samalayuca resguarda más de 10 mil años de historia grabada en piedra

El desierto chihuahuense guarda un legado milenario: petrograbados y vestigios de más de 10 mil años que hoy sorprenden a visitantes en Samalayuca.

A tan solo 50 kilómetros de la frontera norte de México, en medio del imponente desierto chihuahuense, se encuentra uno de los tesoros históricos más impresionantes del país: los petrograbados de Samalayuca, un sitio que guarda miles de años de historia plasmados en piedra.

Un viaje al pasado en el desierto de Samalayuca

Llegar a este lugar es parte de la experiencia. Basta tomar la salida sur de Ciudad Juárez por la carretera Panamericana, avanzar entre la arena, las dunas y el paisaje árido que caracteriza a la región, hasta encontrarse con los señalamientos que conducen al poblado de Samalayuca. Ahí, el desierto comienza a revelar su memoria ancestral.

“Es algo impresionante ver lo que dejaron nuestros antepasados, todo lo que está plasmado aquí en las piedras”, comenta Juan Bolaños, turista que visitó la zona. Las figuras grabadas son, en muchos casos, indescriptibles: símbolos, formas y representaciones que aún hoy desafían la interpretación de especialistas y visitantes.

Petrograbados milenarios en la Sierra de Chihuahua

La zona arqueológica se localiza en la Sierra de Chihuahua y alberga evidencias que datan de más de 10 mil años. Entre ellas destacan puntas de proyectil acanaladas, utilizadas para la cacería, así como petrograbados con una antigüedad superior a los dos mil años.

Conforme se avanza entre las piedras de la sierra, comienzan a aparecer los grabados: una serpiente tallada en la roca, figuras geométricas, símbolos que podrían representar calendarios antiguos y marcas relacionadas con actividades de supervivencia. Cada paso es un descubrimiento.

Ojo de la Casa y relatos históricos

Uno de los puntos de referencia más importantes del recorrido es “Ojo de la Casa”, una construcción hecha con piedras del desierto que, según los habitantes de la región, sirvió como refugio histórico. Alberto Heliodoro Alba, poblador de Samalayuca, asegura que incluso se dice que Pancho Villa pernoctó en ese sitio durante su paso por la región en tiempos de la Revolución Mexicana.

Un destino turístico y culturalSamalayuca se ha convertido en un punto turístico que atrae a miles de personas interesadas en la historia, la arqueología y la naturaleza. “Lo bonito que tiene Samalayuca es la amistad y la convivencia que se vive aquí”, expresa Christian, visitante del lugar.

Hoy, este sitio no solo es un espacio de contemplación, sino también un llamado a preservar el patrimonio histórico del norte de México. Los petrograbados de Samalayuca son un testimonio vivo del pasado, un lugar que sin duda merece ser visitado y protegido, en el corazón del gran desierto de Chihuahua.

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