Aunque parezca sacado de una fórmula mágica , en materia de diseño interior hay una regla que promete transformar cualquier espacio con solo tres elementos clave. ¿Minimalismo extremo? ¿Tendencia de Pinterest? Un poco de todo.
La llamada regla del 3 está ganando cada vez más terreno entre decoradores y amantes del orden visual, por su capacidad de hacer que todo luzca más armonioso sin sobrecargar.
¿Qué es la regla del 3 en decoración y por qué se usa tanto?
La regla del 3 se basa en un principio bastante simple: agrupar o distribuir elementos en tríos tiene algo que visualmente resulta más atractivo. Ya sea en formas, tamaños, colores o texturas, este patrón rompe con la simetría rígida y le da dinamismo al espacio.
De acuerdo al blog de AEDAS Homes, no es algo nuevo, pero en los últimos meses ha vuelto con fuerza en redes sociales y proyectos de interiorismo por su practicidad y el resultado tan estético que ofrece.
¿Cómo aplicar la regla del 3 en cada habitación de la casa?
Hay varias formas de llevar esta regla a la vida real sin hacer una remodelación completa. En una sala, por ejemplo, colocar tres cojines distintos sobre un sofá (uno liso, otro estampado y otro con textura) genera equilibrio inmediato.
En una repisa, basta con combinar tres objetos: tal vez una vela, un libro y una figura decorativa. Lo importante es que cada uno tenga una variación que complemente al resto: diferente altura, forma o color.
¿También funciona la regla del 3 con colores y muebles?
Sí, y de hecho es una de las formas más efectivas de usarla. En cuanto a color, se puede dividir un espacio en 60-30-10: un tono dominante, otro complementario y uno que sirva de acento. Por ejemplo: paredes beige, sillones color olivo y cojines terracota.
En mobiliario, es común ver tres puntos de luz (techo, lámpara de pie y mesa), o tres asientos dispuestos alrededor de una mesa de centro. Es una estrategia que ayuda a crear zonas funcionales sin que el lugar pierda fluidez.
Al final, esta regla no se trata de contar objetos , sino de pensar con intención. Con solo tres elementos bien elegidos, cualquier habitación puede sentirse más cálida, equilibrada y visualmente interesante.
