En épocas de lluvias, enfrentarse a la humedad en el hogar puede resultar complicado, ya que el ambiente húmedo suele generar malos olores y posibles daños en muebles u objetos. Por eso, es fundamental conocer algunas técnicas sencillas que te permitan sobrellevar la situación. Estos dos trucos caseros te ofrecerán un alivio rápido y efectivo, ayudando a mantener tu casa fresca y protegida.

Dos aliados indispensables contra la humedad
1. Bicarbonato de sodio
La Vanguardia indica que el bicarbonato de sodio es un remedio casero económico y muy eficaz para neutralizar el desagradable olor a humedad que puede acumularse en distintas áreas de la casa, como armarios, habitaciones o sótanos. Su funcionamiento se basa en su capacidad para absorber olores y mantener el ambiente fresco.
Para utilizarlo, basta con colocar un recipiente abierto con bicarbonato en la estancia donde se perciba el olor. Es recomendable mover o cambiar el bicarbonato cada cierto tiempo para mantener su efectividad. Después de un día, notarás cómo la humedad queda significativamente neutralizada, y con el uso continuo, contribuirá a prevenir que el olor vuelva a aparecer.
2. Arroz
El arroz es otro aliado natural para combatir la humedad en el hogar, gracias a su capacidad de absorber la humedad del ambiente. Este método es ideal para espacios pequeños como armarios, cajones o estanterías, donde la acumulación de humedad suele ser más frecuente. Solo necesitas colocar un recipiente con arroz crudo en las zonas afectadas y dejarlo actuar; el arroz irá absorbiendo la humedad y ayudando a reducir la presencia de malos olores.
Para mejorar su efectividad, se puede combinar con pequeñas bolsitas de tela o mallas, lo que facilita su reemplazo y mantenimiento. Este truco casero es económico, práctico y una manera simple de mantener tu hogar más seco y fresco.
¿Sirve ventilar los ambientes contra la humedad?
Abrir ventanas y puertas permite que el aire circule dentro de la casa, reduciendo la concentración de humedad y evitando la formación de malos olores. Esta práctica sencilla ayuda a mantener los espacios secos y más saludables.
Además, ventilar regularmente los ambientes disminuye la posibilidad de que se desarrollen moho y hongos, que suelen aparecer en zonas poco aireadas. Incluso en días lluviosos, abrir un poco las ventanas por cortos periodos puede marcar una gran diferencia.
- Usar deshumidificadores caseros
Pequeños deshumidificadores o incluso recipientes con gel de sílice pueden ayudar a reducir la humedad en espacios cerrados como armarios o baños, evitando malos olores y la proliferación de moho. - Revisar filtraciones y techos
Es importante inspeccionar regularmente techos, paredes y tuberías para detectar posibles filtraciones de agua. Repararlas a tiempo evita que la humedad se acumule y cause daños mayores. - Evitar secar ropa dentro de la casa
Secar ropa en interiores aumenta considerablemente la humedad del ambiente. Siempre que sea posible, es mejor secarla al aire libre o en un área bien ventilada.