En Michoacán existe un Pueblo Mágico que ofrece una experiencia única en el mundo: caminar sobre los restos de un volcán activo. Entre paisajes impresionantes y un pasado marcado por la fuerza de la naturaleza, este destino sorprende a los viajeros con un terreno cubierto de lava solidificada, testigo de una erupción que cambió para siempre la historia del lugar.
El volcán Paricutín, el más joven de América, está ubicado cerca de los pueblos de Angahuan y el expoblado de San Juan Parangaricutiro, y en el último tiempo se convirtió en uno de los espacios naturales más impresionantes de México. Allí, los turistas pueden adentrarse entre formaciones de lava endurecida, además de ver la torre de la antigua iglesia emergiendo entre la roca y disfrutar de un paisaje único.
En la actualidad, existen rutas guiadas desde sitios cercanos donde tanto locales como turistas pueden caminar por antiguos ríos de lava y ver restos del pueblo sepultado, de acuerdo al portal del Gobierno de México.
El volcán Paricutín en la mira de los expertos
El nacimiento de este volcán acabó con dos pueblos, Paricutín y San Juan Parangaricutiro. A los pocos días de su origen, alcanzó más de 150 metros de altura y 600 metros de base.
Su actividad volcánica duró 9 años, pero actualmente tiene emisión de gases porque "está enfriándose", y tarda un tiempo en apagarse por completo, según explicó al medio BBC el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, Jaime Urrutia Fucugauchi, que sigue de cerca este fenómeno y advierte a la población.

Qué hacer frente a una erupción volcánica
Las autoridades mexicanas compartieron recomendaciones clave que debe tener en cuenta la población frente a la posibilidad de una erupción volcánica, entre las que mencionaron:
- Informarse sobre las áreas que pueden verse afectadas por un peligro volcánico
 - Respetar los límites para acercarse a volcanes activos
 - Participar en los simulacros de evacuación y talleres de divulgación
 - Conocer las rutas de evacuación y zonas de menor riesgo del lugar donde reside
 - No construir en valles o zonas que puedan verse afectadas por lahares y/o flujos piroclásticos
 - No permitir la acumulación de ceniza volcánica en techos, ya que existe el riesgo potencial de colapso
 - Conocer el plan de contingencia ante una erupción volcánica
 - Preparar un plan familiar de protección civil.
 














