México cuenta con una gran diversidad de piezas que han circulado a lo largo de los años, reflejando distintas etapas de su historia política, económica y cultural. Actualmente, conviven en el país monedas modernas de uso cotidiano con otras más antiguas que ya no están en circulación, pero que siguen presentes en la memoria colectiva por su diseño, valor histórico o por haber marcado momentos clave en la historia nacional. Tal es el caso de esta moneda, que lejos de perder relevancia, se ha convertido en una verdadera joya para los coleccionistas.

Este error eleva cualquier valor
Entre los coleccionistas y especialistas de numismática a nivel mundial, ciertas monedas adquieren un valor especial no solo por su origen o antigüedad, sino por particularidades que las hacen únicas. Ese es el caso de una moneda mexicana de 1 peso, acuñada en 2022, que ha captado la atención en plataformas digitales por una razón poco común: un error en su acuñación.
Lo que distingue a esta pieza es la presencia de una supuesta huella digital en una de sus caras, algo que, según el vendedor, se habría marcado durante el proceso de fabricación. Este tipo de fallas, aunque no son frecuentes, son altamente valoradas en el mundo del coleccionismo por su rareza. Por ello, esta moneda en particular ha sido publicada con un precio de $5.000.000 reflejando el interés que genera entre quienes buscan piezas internacionales únicas y con errores de origen que las convierten en verdaderas curiosidades del mercado numismático.
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La historia de la moneda
La moneda de 1 peso mexicano de 2022 forma parte de la familia B del Banco de México, la cual fue introducida el 1 de enero de 1993 con el cambio al sistema de “nuevos pesos”. En ese año, se eliminaron tres ceros a la moneda anterior y se emitieron nuevas piezas con valores ajustados, entre ellas, esta pieza. Así, aunque la moneda con fecha 2022 fue acuñada ese mismo año, su diseño, materiales y características pertenecen a una serie establecida desde 1993, la cual continúa en circulación hasta hoy.
Esto significa que no es un rediseño ni una edición conmemorativa, sino una continuación regular del modelo vigente desde hace décadas —aunque en ciertos casos, como el de la moneda con huella digital, puede adquirir un valor excepcional por errores de acuñación.