Temperamental, controvertida, fuerte, así es Kennia, participante de la segunda temporada de MasterChef.
Su vida ha cambiado mucho desde que salió del programa, se casó con el amor de su vida, puso un negocio de pasteles y galletas y tuvo un sobrinito.
Para seguir cerca de la cocina, dio clases y conferencias, además trabajó como chef en un hospital.
Su hambre de triunfo le permite tener muy claro que lo que espera de esta segunda oportunidad es ganar, y de lograrlo ampliaría su negocio y llevaría de viaje.