Raúl Rey
Procurador especial de la lucha antidrogas y contra el lavado de dinero, digno heredero y exponente de esa casta de políticos mexicanos que hizo suya la divisa del legendario Gonzalo N. Santos: “la moral es un árbol que da moras”.
Atractivo, carismático, seductor, poderoso, “El Rey” como lo conocen la mayoría de sus seguidores y sus adversarios, es fundamentalmente eso: un monarca acostumbrado a ejercer el poder absoluto tanto en el ámbito público como en el privado.
Cuando sus vínculos secretos con el crimen organizado, que incluyen lo mismo el narcotráfico que el lavado de dinero y la trata de personas, se ven peligrosamente expuestos por la filtración de cierta información, el Rey no dudará en echar mano de todas las estrategias del poder, empezando, primero por un violento multihomicidio, y después, por la destrucción física, moral y mediática de la única sobreviviente del crimen: Mariana Aragón .