Hace más de un siglo, un enigma que desafió la comprensión de algunos de los más grandes científicos encontró respuestas en un lugar inesperado, donde la ciencia y la curiosidad se entrelazaron para desentrañar uno de los secretos más extraños de la Tierra.
Todo comenzó con una inquietante observación de Sir Isaac Newton, quien notó un inexplicable bamboleo en la rotación del planeta. A finales del siglo XIX, el astrónomo estadounidense Seth Carlo Chandler logró identificar y bautizar el fenómeno como el “bamboleo de Chandler”.
Este experimento internacional necesitaba seis sitios estratégicos en el mundo para rastrear el movimiento polar. Uno de estos puntos clave no estaba en una metrópoli ni en un centro científico conocido, sino en un pequeño pueblo de California, al norte de San Francisco.
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¿Cómo es vivir en este pequeño pueblo de California?
Ukiah, enclavado en el corazón del condado de Mendocino, es un pintoresco pueblo que combina una rica historia con una belleza natural impresionante. Se encuentra rodeado de colinas ondulantes y viñedos exuberantes, por lo que ofrece a sus residentes y visitantes un ambiente sereno y acogedor.
Este tranquilo enclave fue seleccionado como uno de los seis observatorios globales del Servicio Internacional de Latitudes (ILS, por sus siglas en inglés) debido a su ubicación precisa en la latitud 39° 8' norte. Esta posición geográfica fue esencial para el estudio del “bamboleo de Chandler”, un fenómeno que describe una pequeña oscilación en la rotación de la Tierra.
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Desde 1899 hasta 1982, los astrónomos dedicaron largas noches a la observación de estrellas y al meticuloso registro de datos por los cuales contribuyeron significativamente a la comprensión de los movimientos polares.
Aunque el proyecto del ILS concluyó en 1982, el pueblo conserva una colección de tres edificios modestos, discretamente ubicados junto a la autopista 101.
Motivos para recorrer este pueblo de California
En la actualidad, los visitantes pueden explorar el Observatory Park, ubicado en Observatory Avenue, un tranquilo vecindario residencial que alberga el legado del histórico ILS.
Este parque no solo es un lugar para disfrutar de paseos relajados, sino también un punto de conexión con una época en la que astrónomos de todo el mundo unieron esfuerzos para entender cómo se mueve el mundo.
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Rodeado por edificios con más de 125 años de historia, invita a imaginar las noches estrelladas en las que científicos dedicaron sus vidas a rastrear el enigmático “bamboleo de Chandler”. Hoy, estos espacios ofrecen un ambiente acogedor, donde niños juegan y los locales pasean a sus mascotas, pero mantienen su aura de misterio y descubrimiento.
