En medio de una disputa nacional entre los estados gobernados por republicanos y la administración de Joe Biden por las políticas relacionadas con la inmigración ilegal en Estados Unidos, algunos distritos comenzaron a tomar medidas con el fin de darle más autoridad a la policía local, tal como establece la controvertida ley SB4. Mientras Texas, Luisiana, Missouri y Carolina del Sur se encuentran en una encrucijada judicial para implementar esta reglamentación, ahora Oklahoma aprobó una normativa que vuelve a poner el foco en las personas que ingresan de manera irregular al país.
El Congreso de este distrito sancionó esta semana un proyecto que crea el nuevo delito de “ocupación no permitida” y el gobernador, Kevin Stitt, deberá o no promulgarla. Esta nueva figura penal implica penas de hasta dos años de prisión por estar en el estado en forma ilegal.
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¿Cuál es la situación en otros estados con la inmigración?
En Tennessee, su mandatario Bill Lee promulgó una reglamentación que entraría en vigencia el 1 de julio, en la que les solicita a los policías “comunicarse con las autoridades federales de inmigración si hallan a personas que están en el país sin permiso”, y, además, “las obliga a cooperar en el proceso de identificarlas, detenerlas y deportarlas”. Por otro lado, debaten que se aumenten “las sentencias de prisión hasta cadena perpetua para quienes se encuentren en EU ilegalmente y cometan un delito violento”.
En la región de Iowa, la gobernadora republicana Kim Reynolds sigue los pasos de Texas con la ley antinmigración, al igual que Luisiana e Idaho, que estudian una iniciativa parecida en la que aún no hubo avances, según los legisladores.
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A su vez, en Georgia se legalizó un proyecto en el que se obligaría a los carceleros a “verificar el estatus migratorio de los reclusos”. Además, durante marzo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó una ley con el fin de aumentar las sentencias de prisión, para los migrantes que están en EU sin autorización, si son declarados culpables de delitos graves o por conducir sin licencia.