Por: Darwin Téllez
Derivado de la pandemia por Covid 19, muchas cosas han cambiado, una de ellas, es que ha comenzado a ser necesario presentar un “certificado de vacunación” para poder trabajar, viajar e incluso socializar, lo cual es perfectamente comprensible.
Pero cuando de maternidad se trata, resulta perturbador que muchas empresas comiencen a solicitar una segunda prueba para efectuar contrataciones: la de no embarazo.
Claudia trabajaba en el área de “full service” en una empresa de telefonía, durante mucho tiempo combinó sus labores de seguimiento, aclaraciones y soporte técnico con las náuseas provocadas por su segundo embarazo.
La normalidad fue la regla durante 9 meses, sin embargo, en junio pasado, tras una llamada supo que algo no iba bien con el trabajo.
“Mi supervisora me indica que tenía que acudir a la empresa para hacer actualización de mi equipo, a mi se me hizo raro porque siempre te notifican por correo, sobre todo por que ese día en la mañana yo le avise de mis incapacidades por embarazo y no me dijo nada, solo me comentó que tenía que acudir con urgencia” señaló
15 minutos de metro, línea naranja….los mareos
La caminata de dos cuadras…los bochornos
1 hora en camión con paradas continuas….las nauseas
La travesía de Azcapotzalco a Naucalpan fue todo un reto y sus sospechas, fueron ciertas.
“Al llegar me quitan mi computadora y me dicen que tenía que pasar con recursos humanos y la encargada me dijo que tenía que firmar mi renuncia”

La causa de discriminación más frecuente reportada al Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) sigue siendo el despido por embarazo, con 94.6% del total.
En ese momento, Claudia pasó a formar parte de esa estadística, a pesar de que no firmó la renuncia, pues no le ofrecían liquidación, ni un solo motivo válido para su destitución, era simplemente un acto de discriminación.
El regreso a casa, fue, incluso, aún más complicado.
En el artículo 56 de la Ley Federal del Trabajo se dictamina que no se puede excluir por motivos de embarazo, y el 133 prohíbe a las empresas exigir la presentación de certificados médicos de no embarazo para el ingreso, de eso se enteró después, al consultar a un abogado, pues padeció de ambas cosas.
“Es complicado quedarse sin trabajo y nuevamente buscar y que en ningún trabajo te acepten”, señaló Claudia en entrevista
Con 21 años, sin liquidación ni seguridad social y a escasas 5 semanas de que Matías llegue al mundo, exige que las autoridades la apoyen pues ella dice: son las reglas de la empresa, pero el cuerpo y el derecho son míos.