¡Revive lo mejor del quinto capítulo de El Peso del amor!

Un beso robado entre jadeos y entrenamiento, donde el sudor no disimula el fuego que acaba de encenderse.

K-Siete
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La noche comienza con un susurro de angustia cuando Kang Joo‑eun se siente perseguida por un acosador en su propio edificio. El miedo la paraliza, y en ese instante, como un ángel protector, aparece Kim Young‑ho para rescatarla, encendiendo una chispa de esperanza en la penumbra.
La noche comienza con un susurro de angustia cuando Kang Joo‑eun se siente perseguida por un acosador en su propio edificio. El miedo la paraliza, y en ese instante, como un ángel protector, aparece Kim Young‑ho para rescatarla, encendiendo una chispa de esperanza en la penumbra.
Crédito: MBC
A pesar de acudir a la policía, la justicia parece ciega y fría: no creen en sus temores, y Joo‑eun se siente pequeña, ignorada y sola. Es entonces cuando Young‑ho, con voz suave y gesto firme, toma su mano y la lleva a un lugar seguro: su propia casa.
A pesar de acudir a la policía, la justicia parece ciega y fría: no creen en sus temores, y Joo‑eun se siente pequeña, ignorada y sola. Es entonces cuando Young‑ho, con voz suave y gesto firme, toma su mano y la lleva a un lugar seguro: su propia casa.
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La noche se vuelve tierna cuando él le brinda una habitación en su hogar. Le presta sábanas que huelen a él, la protege como a una flor delicada. En ese cuarto silencioso, brota un vínculo íntimo, casi etéreo, que comienza a arrullar el corazón herido de Joo‑eun.
La noche se vuelve tierna cuando él le brinda una habitación en su hogar. Le presta sábanas que huelen a él, la protege como a una flor delicada. En ese cuarto silencioso, brota un vínculo íntimo, casi etéreo, que comienza a arrullar el corazón herido de Joo‑eun.
Crédito: MBC
Al amanecer, entre luces suaves y la ternura de un cuidado genuino, Young‑ho le prepara medicamentos, rígido en su misión de sanar su cuerpo y su alma. Ella, con ojos que asoman gratitud y timidez, acepta dejarse guiar por ese caballero silencioso.
Al amanecer, entre luces suaves y la ternura de un cuidado genuino, Young‑ho le prepara medicamentos, rígido en su misión de sanar su cuerpo y su alma. Ella, con ojos que asoman gratitud y timidez, acepta dejarse guiar por ese caballero silencioso.
Crédito: MBC
El exnovio, Im Woo‑shik, regresa a escena, confuso y aún apegado. Intenta imponer su presencia para protegerla, pero su torpeza demuestra que ya no comprende su mundo. Young‑ho, confiable y atento, eclipsa su sombra, y Joo‑eun empieza a mirar en otra dirección.
El exnovio, Im Woo‑shik, regresa a escena, confuso y aún apegado. Intenta imponer su presencia para protegerla, pero su torpeza demuestra que ya no comprende su mundo. Young‑ho, confiable y atento, eclipsa su sombra, y Joo‑eun empieza a mirar en otra dirección.
Crédito: MBC
En medio de tensiones laborales, la antigua amiga y rival, Oh Soo‑jin, ejerce poder sobre Joo‑eun desde su puesto de jefa. En esos momentos difíciles, Joo‑eun no se derrumba: mantiene la cabeza en alto. Y es la firmeza de Young‑ho, como roca en el mar, lo que le da fuerzas para no ceder.
En medio de tensiones laborales, la antigua amiga y rival, Oh Soo‑jin, ejerce poder sobre Joo‑eun desde su puesto de jefa. En esos momentos difíciles, Joo‑eun no se derrumba: mantiene la cabeza en alto. Y es la firmeza de Young‑ho, como roca en el mar, lo que le da fuerzas para no ceder.
Crédito: MBC
Él, preocupado por su fragilidad, decide darle un regalo inesperado: le presenta a Ji‑woong y Joon‑sung, que la esperan para ayudarla a reconciliarse con su cuerpo y fortaleza. El gimnasio se convierte en santuario, y cada ejercicio es un paso hacia una nueva versión de sí misma.
Él, preocupado por su fragilidad, decide darle un regalo inesperado: le presenta a Ji‑woong y Joon‑sung, que la esperan para ayudarla a reconciliarse con su cuerpo y fortaleza. El gimnasio se convierte en santuario, y cada ejercicio es un paso hacia una nueva versión de sí misma.
Crédito: MBC
Entre llaves de brazo y momentos forzados de cercanía, sus pieles rozan sin buscarlo. El roce breve, fugaz, enciende una electricidad que parece susurrar: “aquí comienza algo más profundo”. El beso accidental, tierno y vulnerable, se convierte en el alba de su amor.
Entre llaves de brazo y momentos forzados de cercanía, sus pieles rozan sin buscarlo. El roce breve, fugaz, enciende una electricidad que parece susurrar: “aquí comienza algo más profundo”. El beso accidental, tierno y vulnerable, se convierte en el alba de su amor.
Crédito: MBC
Todo cambia cuando Young‑ho debe partir a Daegu para estudios médicos relacionados con su rodilla. En ese adiós hay una promesa implícita. Joo‑eun se queda, pero el eco de su voz resuena en su pecho, y su espíritu se fortalece con la certeza del cariño compartido.
Todo cambia cuando Young‑ho debe partir a Daegu para estudios médicos relacionados con su rodilla. En ese adiós hay una promesa implícita. Joo‑eun se queda, pero el eco de su voz resuena en su pecho, y su espíritu se fortalece con la certeza del cariño compartido.
Crédito: MBC
Desde la distancia, él la guía a través de videollamadas. En esos instantes la pantalla se transforma en un puente: entre gusanos de mariposa, risas tímidas y consignas de ejercicios, crece su química. El latido compartido por la tecnología los une aún separados.
Desde la distancia, él la guía a través de videollamadas. En esos instantes la pantalla se transforma en un puente: entre gusanos de mariposa, risas tímidas y consignas de ejercicios, crece su química. El latido compartido por la tecnología los une aún separados.
Crédito: MBC
En medio de la rutina que deja tras de sí, Joo‑eun fulmina la tentación de rendirse. Cada sentadilla, cada bíceps, cada respiración, es un poema que escribe para él y para sí misma. Y cuando Young‑ho regresa, la encuentra radiante: es la primera vez que nota su mentón, sus hoyuelos, su transformación verdadera.
En medio de la rutina que deja tras de sí, Joo‑eun fulmina la tentación de rendirse. Cada sentadilla, cada bíceps, cada respiración, es un poema que escribe para él y para sí misma. Y cuando Young‑ho regresa, la encuentra radiante: es la primera vez que nota su mentón, sus hoyuelos, su transformación verdadera.
Crédito: MBC
Sin aviso, ambos tropiezan en un instante de torpeza. Sus cuerpos caen, entrelazándose como dos destinos inevitables. Él la mira, y ella ve en su mirada un refugio, una devoción recién descubierta. El suelo se torna escenario del milagro que surge entre los dos.
Sin aviso, ambos tropiezan en un instante de torpeza. Sus cuerpos caen, entrelazándose como dos destinos inevitables. Él la mira, y ella ve en su mirada un refugio, una devoción recién descubierta. El suelo se torna escenario del milagro que surge entre los dos.
Crédito: MBC
En ese fin de episodio, Young‑ho contempla en ella algo más que una alumna: reconoce a la mujer luchadora, hermosa por dentro y por fuera, que lo ha conmovido. Y Joo‑eun, con el corazón palpitante, entiende que en ese amor hay una certeza inquebrantable.
En ese fin de episodio, Young‑ho contempla en ella algo más que una alumna: reconoce a la mujer luchadora, hermosa por dentro y por fuera, que lo ha conmovido. Y Joo‑eun, con el corazón palpitante, entiende que en ese amor hay una certeza inquebrantable.
Crédito: MBC
Lo que vendrá se vislumbra: una nueva chica aparece en escena, y los hoyuelos de Joo‑eun se marcan con el dolor de la comparación. Sin embargo, el corazón que late junto a ella permanece firme, templado en las brasas de los desafíos compartidos.
Lo que vendrá se vislumbra: una nueva chica aparece en escena, y los hoyuelos de Joo‑eun se marcan con el dolor de la comparación. Sin embargo, el corazón que late junto a ella permanece firme, templado en las brasas de los desafíos compartidos.
Crédito: MBC
Así termina este episodio: con promesas al alba, con besos que nacen del destino, con un amor que ha comenzado a florecer. Porque en cada mirada cómplice entre Young‑ho y Joo‑eun, late la esperanza de un futuro compartido, donde dos almas heridas se curan y crecen juntas.
Así termina este episodio: con promesas al alba, con besos que nacen del destino, con un amor que ha comenzado a florecer. Porque en cada mirada cómplice entre Young‑ho y Joo‑eun, late la esperanza de un futuro compartido, donde dos almas heridas se curan y crecen juntas.
Crédito: MBC

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